Philosophically Speaking: Annals of the International Philosophy Grou Philosophical-Annals-I-2016 | Page 33
Andújar F J F
amos y la casta sacerdotal 30 . Antes, el verbo predominante para referirse a la existencia solía
ser “haber”, mientras que “exsistit”, del latín, significaba “surge”, “se presenta”, “resulta”,
para luego dar paso, ya en la Edad Media, a un “lo hay de hecho” 31 . De tal manera, se
consigue un gran logro para los religiosos: “Pues entonces, “existe” querrá decir algo como
“está ahí para que se diga de él alguna otra cosa”; así, la condición de existencia de una cosa
consistirá en que pueda hablarse de ella; y existe, sencillamente, aquello de lo que se habla.”
De tal manera, el verbo “existir” tiene una vocación teológica 32 . Es obvio que, ante la
incompatibilidad con la realidad, las clases privilegiadas, que monopolizaban el conocimiento
y el saber, y que querían mantener su estatus por medio de una desigualdad social y de
nacimiento remitiéndose al origen y orden divino, hicieron un esfuerzo por adaptar el lenguaje
a su corpus ideológico, donde la figura de Dios era fundamental.
Finalmente, debemos constar una contradicción clara entre la física y la química actual
y la noción divina: la imposibilidad de crear y destruir nada; tan solo de transformar, que
podemos ver en leyes científicas bien asentadas ya desde hace siglos, tal como la Ley de la
Conservación de la Materia (o masa-energía, más actualmente) 33 , que se aplica hoy tanto a la
energía como a la masa (pues, desde Einstein, se sabe que son formas de una misma realidad).
El atributo, frecuente en la persona divina, de Creador, es irreconciliable con los fenómenos
naturales hasta ahora conocidos y observados. Suponer la existencia de Dios sería asimilar esa
posibilidad, con todas sus consecuencias. Sin embargo, no se puede asumir algo tan
importante sin fundamento alguno, por lo que la exigencia de la demostración de la existencia
de Dios o los dioses está más que justificada. Sin embargo, esa demostración no se da, ni se
dará, porque no existe.
Es importante aclarar qué entendemo s por “crear”, que ciertamente no es cualquier
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Agustín García Calvo: De Dios. Ed. Lucina, 1996, p. 27.
García Calvo: Ibidem, p. 28.
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García Calvo: Ibidem, pp. 29-31.
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Podemos ver un interesante esbozo en el texto de: Lydia Raquel Galagovsky; María Angélica Di Giacomo;
Salvador Alí: Estequiometría y ley de conservación de la masa. En Ciênc. Educ., Bauru, v. 21, nº 2, 2015,
pp. 354-355.
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