Pets Experts Magazine Mayo 2025 | Page 48

BIENESTAR

LA MENTE FELINA

Trastornos psicológicos que afectan a nuestros gatos.

Los gatos, esos enigmáticos compañeros que llenan nuestros hogares de ronroneos y miradas misteriosas, también pueden experimentar trastornos psicológicos que frecuentemente son malinterpretados como simple“ mal comportamiento”. Reconocer estos problemas es fundamental para garantizar su bienestar emocional y físico.

LA ANSIEDAD FELINA: CUANDO EL MUNDO SE VUELVE AMENAZANTE
La ansiedad representa uno de los trastornos más frecuentes en la población felina doméstica. Se manifiesta a través de comportamientos como la destrucción de mobiliario, esconderse persistentemente, vocalizaciones excesivas o acicalamiento compulsivo hasta provocarse lesiones en la piel. Los desencadenantes suelen estar relacionados con cambios en el entorno: mudanzas, llegada de nuevas mascotas o personas al hogar, alteraciones en la rutina diaria o exposición a estímulos sonoros intensos. Los gatos son animales extremadamente territoriales, y cualquier modificación en su espacio seguro puede convertirse en una fuente significativa de malestar psicológico.
LA DEPRESIÓN EN FELINOS
Contrario a la creencia popular que los presenta como criaturas indiferentes, los gatos desarrollan vínculos emocionales profundos. La depresión felina puede manifestarse tras la pérdida de un compañero animal o humano con quien mantenían una relación estrecha, o después de cambios drásticos en su entorno. Los signos de alerta incluyen apatía persistente, desinterés por actividades que antes disfrutaban, alteraciones en los patrones de alimentación y sueño, y aislamiento social. Un gato deprimido puede mostrarse indiferente ante estímulos que normalmente captarían su atención, como juguetes o golosinas favoritas.
COMPORTAMIENTOS OBSESIVO-COMPULSIVOS
Los trastornos obsesivo-compulsivos representan una categoría especialmente desafiante. Se caracterizan por conductas repetitivas sin propósito aparente: persecución de la cola, lamido excesivo del mismo punto hasta producir alopecia, caminar en patrones circulares o movimientos estereotipados. Estos comportamientos, a menudo derivados del estrés crónico o la falta de estimulación adecuada, funcionan como mecanismos de liberación de tensión para el gato. Sin intervención veterinaria, pueden intensificarse con el tiempo y derivar en problemas físicos secundarios.