Santiago de Cali, Periódico Acción... Cali
ACCIÓN... CALI
EDICIÓN N°
22
LIBRE
OPINIÓN
Lo positivo y negativo
del derecho a la protesta
Por: Nelson Rojas Rojas
d esde
remotos tiempos las personas
han utilizado la protesta como un medio
para exigir o solicitar a sus gobernantes
se les atienda y solucione algunos de los
muchos problemas que se presentan cotidianamente en
toda sociedad y que por diversas dificultades o negligen-
cia no han sido solucionados.
En la actualidad todos los países del mundo en sus leyes
y constituciones declaran como Derecho Fundamental la
protesta y la declaración de los derechos humanos la
confirma, pero con la salvedad y la aclaración muy
contundente que debe ser PACIFICA.
A pesar de esa palabra PACIFICA algunos manifestantes
han sido indolentes y los gobiernos tolerantes, que han
permitido que las protestas se conviertan en una batalla
campal entre Fuerza Pública del Estado debidamente
investida de autoridad y los manifestantes u otros grupos
que se mezclan entre ellos.
El problema está en la interpretación de la palabra PACI-
FICA que no se cumple como fue la intención del legisla-
dor; y cada vez se abusa de ella con resultados negativos
que violan el derecho de los demás, en su vida, honra y
bienes y en la conservación de su patrimonio como lo
hemos visto últimamente en muchos países de Latinoa-
mérica, inclusive Colombia hace pocos días.
Tengo conocimiento que en el Congreso Colombiano
cursan dos proyectos de ley, uno reglamentando el dere-
cho a la Protesta y otro declarando como delito el vanda-
lismo que en esta se presenta, con ellos considero que
tendrá más claridad y exactitud el procedimiento que se
utiliza para contener una protesta viciada de nulidad por
carecer del requisito de ser Pacifica.
La segunda parte del artículo 37 de la Constitución
Nacional, faculta al legislativo para establecer de manera
expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejerci-
cio del derecho a la protesta. De igual manera, la ley
faculta al Legislativo para establecer como delito, cual-
quier infracción que se considere grave y que atente
contra la vida, la honra y los bienes de las personas.
Por último es importante preguntar ¿Qué hay detrás de
las manifestaciones que generan violencia, quiénes son
sus alimentadores y cuál es el combustible lo sostiene…?
¡Colombia está despertando!
Por: Ricardo Hernández
¿
Qué vamos a hacer con el Presidente impuesto?
Es la pregunta en boca de miles de colombianos
indignados por el mal gobierno y la absoluta indife-
rencia hacia los problemas del país agravados cada
día y sin soluciones a la vista. Las marchas van a
continuar y la represión también, porque cuando no hay volun-
tad, la respuesta está en la calle con propuestas pacíficas que
terminan siendo violentadas. En este país las leyes salen del Con-
greso, allá se cocina de todo, están unos cuantos que no deben
estar, pero están por arte de la democracia con la que se cobijan
muchos.
Colombia huele a feo, como huele la corrupción; está estancada
por la acción de unos cuantos que se han adueñado de todo y no
dejan opción distinta a que sean los mismos, con las mismas. El
Presidente habla de presentar al Congreso las reformas que el
país necesita y la pregunta es ¿Podrá haber reformas en el Con-
greso donde, como decían los viejos, eso es una misa diaconada,
unos a querer decirla y la mayoría a no dejarla? Son trece puntos
que han presentado los líderes de las movilizaciones, entre los
que se destacan: retirar el proyecto de Reforma Tributaria actual-
mente en el Congreso ¿Serán estos señores quienes se auto
regulen y legislen en favor de los campesinos, la educación, la
revocatoria del decreto 211?. Retirar el holding financiero cuyo
objetivo es reunir o agrupar las empresas del Estado. Derogar la
famosa circular del Ministerio de Trabajo sobre cuándo las empre-
sas pueden terminar los contratos laborales de personas en
condiciones de debilidad. Que el Gobierno no presente la reforma
laboral y que tumbe cuatro artículos del Plan Nacional de Desa-
rrollo que crean la posibilidad de que tengan protección social
quienes ganan menos de un salario mínimo porque no trabajan
tiempo completo, la de recibir los BEPS (una suerte de pensión
para quien no alcance a ahorrar suficiente) en un solo pago, el
máximo de recursos que puede recibir cada EPS por recobros al
sistema, y el que hace que haya un régimen intermedio de apor-
tes a la salud entre quienes pagan el 16 por ciento y quienes no
pagan nada, según sus ingresos. Y uno muy importante, que el
Gobierno no privatice ni le entregue a otros, los bienes del Estado
y cumpla los acuerdos firmados por el gobierno de Juan Manuel
Santos y el actual con estudiantes, organizaciones indígenas,
trabajadores estatales, FECODE y sectores campesinos y agra-
rios.
A quién se le ocurre pensar que un congresista quien se cree
padre de la patria, se vaya a rebajar el sueldo, o aceptar pagar
peajes, gasolina, comida, banquetes, montar en Transmilenio y
tantos privilegios, con cuya plata otras gentes sí con necesidades
se puedan beneficiar. El día que un congresista decida autorregu-
larse, se acaba el mundo. Entonces colombianos, no se hagan
ilusiones y alístense para “chuparse” su mandarina por haberlos
elegido y a usted, ni las gracias le dieron.
Las opiniones expresadas aquí, no reflejan necesariamente el pensamiento del Periódico Acción… Cali.
Los columnistas son responsables de sus propios escritos.
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