Santiago de Cali, Periódico Acción... Cali
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Cali - Valle
CONSEJO EDITORIAL
Libardo Hernández Mora
Ricardo Hernández
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Jairo Millán Grajales
María Isabel Payán Samboní
Luz Karime Posada
Jhon Benítez
EDICIÓN N°
14
EDITORIAL
Por: Libardo Hernández
d igamos que: terremotos, huracanes, inundaciones
y sequías ocurren en todo el mundo, porque son
eventos causados por la naturaleza, pero las conse-
cuencias son distintas dependiendo del grado en que
se haya hecho prevención.
¿Será que, en Colombia el Presidente, el Departamen-
to Nacional de Planeación, y los ministerios que
tienen que ver con el tema, se han preocupado por la
asignación de los recursos necesarios que permitan
detectar, evacuar, reubicar y fortalecer a las familias que se encuentran en
sitios vulnerables a los riesgos de la naturaleza?
En el caso concreto de la reciente tragedia ocurrida el pasado Sábado Santo
en la vereda Portachuelo del Municipio de Rosas, en el Departamento del
Cauca, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres –
UNGRD, que dicho sea de paso, tiene como director al ingeniero caucano
Eduardo José González Angulo, ¿Ha hecho lo necesario en prevención y
supervisión a la empresa constructora de las viviendas para reubicación que
estaban previstas en ese municipio?
¿Acaso nosotros los humanos también tenemos la culpa, que los desastres
naturales hagan de las suyas? ¿Hemos hecho lo suficiente para preservar la
naturaleza, especialmente los elementos agua y tierra que son vitales para
nuestra existencia? No es posible, que estos dos elementos se hayan con-
vertido en nuestros enemigos.
Serían muchos los interrogantes que surgen cuando se presenta éste tipo
de calamidades. Pero en lo que si estamos seguros es que, el gobierno y el
estado, contando con la clase política dirigente representada en el Congreso
de la República está en mora de crear consciencia, que en Colombia se
necesitan políticas de contingencia y prevención de desastres serios, dadas
las mismas condiciones geográficas bondadosas que nosotros tenemos.
Dicen las estadísticas que, la cantidad de víctimas por catástrofes naturales
se ha quintuplicado en el mundo en los últimos cuarenta años. Y las causas
principales son precisamente las que acotamos en nuestro comentario:
medioambiental y políticas de algunas regiones.
Otras estadísticas dicen que, el trabajo realizado hasta el momento en nues-
tro país ha permitido una disminución relativa de pérdida de vidas; sin
embargo, los daños a la propiedad, la infraestructura y los medios de sub-
sistencia, siguen en aumento y evidencian que los desastres así sean natu-
rales, son también el resultado de la aplicación de modelos inapropiados de
desarrollo.
El Banco Mundial hizo un importante estudio con la cooperación de diferen-
tes entidades del estado. La contribución se produce en un momento políti-
co crucial en Colombia, por las reformas que se presentan con la promulga-
ción de la ley por la cual se adopta la política nacional de Gestión del Riesgo
de Desastres y se crea el Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de
Desastres. Esperemos que no se quede el estudio, como otros, sin llevarse
a la práctica en un futuro inmediato.
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