Periodico Escolar Nuestra Voz nº40 - Edición Navidad Periodico Escolar DICIEMBRE 2019 | Page 24
Colegio de Educación Especial Nuestra Señora del Carmen - ASPRONTE
Nuestra Voz nº 40
14. Recordar que demasiado tiempo dedicado a las pantallas deriva
en oportunidades perdidas de aprendizaje (los niños no aprenden
a través de la pantalla en esas edades).
15. Recordar que ningún estudio apoya la introducción de las
tecnologías en la infancia.
16. Los adultos deberían dar el ejemplo con un buen uso de las
pantallas.
17. Sustituir el tiempo de pantalla por actividades sanas, como la
lectura, el juego exterior y las actividades creativas.
18. Apagar los dispositivos en casa durante los momentos en familia.
19. Apagar las pantallas mientras no se usan, evitar dejar la televisión
“siempre puesta”.
En 2006 y en 2011, la Academia Americana de Pediatría ya había
hecho
recomendaciones
parecidas,
pero
estaban
basadas
principalmente en investigaciones sobre el consumo de la televisión, ya
que no había aún conjuntos de estudios concluyentes sobre el efecto
de la tableta o del smartphone en la mente infantil. Este vacío temporal
dio mucho que hablar. Dimitri Christakis, uno de los principales expertos
mundiales en el efecto pantalla —y sobre cuyos estudios se basó la
Academia Americana de Pediatría para emitir sus recomendaciones de
2006 y 2011—, se preguntó públicamente en 2014 si esas
recomendaciones se aplicaban también a la tableta, dada su peculiar
interactividad.
Su pregunta —que no se apoyaba en estudios, sino en su intuición
personal— sembró la duda, y provocó la publicación de cientos de
artículos en Internet que la interpretaban como una bendición de la
tableta en el ámbito educativo. El argumento era que quizá no es lo
mismo estar pasivamente sentado ante un televisor que estar jugando
con la tableta. Los estudios no confirmaron su hipótesis. Hoy sabemos
que los estudios no marcan diferencias sustanciales para esos dos
medios antes de los 5 años, ya que el efecto pantalla tiene más
inconvenientes que beneficios para esa franja de edad.
El consumo de pantalla por encima de lo recomendado por las
principales asociaciones pediátricas en el mundo puede contribuir a un
déficit de aprendizaje, a una pérdida de oportunidades de relaciones
interpersonales, a la impulsividad, a la inatención, a la disminución del
vocabulario, a problemas de adicción y de lenguaje. Y el etcétera es
largo. La lógica es que la atención que un niño presta ante una tableta
no es una atención sostenida, sino una atención artificial, mantenida
por estímulos externos frecuentes e intermitentes. Quien lleva la rienda
ante una tableta no es el niño, sino la aplicación del dispositivo,
programada para enganchar al usuario.
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