Se pone sentimental al hablar de su familia. Con su compañía su tristeza se concilia. Retrata a su madre como un ser comprensivo. Una mujer lista, de valores y servicio caritativo. Así como también lo es su progenitor. Quien tiene el sueño de ser doctor. Sonríe mientras habla de su pequeño hermano. Va a cumplir 17 pero sigue siendo su enano. Recuerda sus juegos, canciones, conversaciones y principalmente sus guerras. Se ríe recordando a su madre intentando separar aquellas dos fieras.
Sus padres son de pueblos distintos y distantes. Locos enamorados de temperamentos cambiantes. ÉL blanco criado en una alta vereda. Ella morena oscura admirando la pradera. Juntos llevan 20 años fielmente casados. Sería mentira afirmar que están ligeramente enamorados. Comparten temperamentos, inteligencia y diversión. Parece unida por una fuerte soldadura su relación.
Cristian regresa del paralizante trance del recuerdo. Le pregunto si continuamos, dice que está de acuerdo. Me dice que hay una canción que a su familia le recuerda. Stand By Me que lo hace llorar contra la cuerda. Ben E King pareciera haberla escrito para ellos. Trae a su memoria los recuerdos más bellos. De una familia marcada por un tiempo pequeño. En el que se ha mantenido a flote en el mar del amor y del ensueño.
No disfruta relatar su vida ni experiencias. Quiere viajar en barco y que sus libros rompan las tendencias. Ama la tranquilidad, el drama y la excentricidad. No aguantaría ni un día viviendo en la cuidad. Contempla lo interesante que es lo fugaz. Le cuesta desayunar en las mañanas. Desearía tener un control del tiempo y el espacio. Para terminar sus quehaceres y poder salir a caminar fresco como despacio.