La Música colabora en "liberar" el cuerpo de su "cadena en el Tiempo".
Cuando una onda sonora nos impacta, el oído comienza a ejercer sus funciones, en realidad, el oído nunca
descansa, aun mientras dormimos el oído y nuestro cerebro permanecen en funciones. Podríamos ejemplificar esto, recordando cómo, aun mientras estamos dormidos, cuando nos impacta algún sonido inesperado, este nos despierta o nos sobresalta, muchas veces, sin importar realmente la amplitud del sonido escuchado, aun en estas circunstancias, el oído, junto con nuestro cerebro, discriminan las ondas sonoras percibidas, y cuando este sonido escuchado durante nuestro sueño es algo que podríamos calificar como realmente inesperado, este activa nuestro “consciente” y nos hace reaccionar. Podríamos resumir el fenómeno de la percepción sonora, en la sección de captación, como un mecanismo de escucha que pasa por los tres medios posibles de transmisión del sonido.
La idea de tiempo, en la vida, es relativa a cada persona. Como el amor, no hay tiempo para el amante. Así, la idea de tiempo en música se llama a la tonalidad y también es relativa, es un concepto, una herramienta que sirve para jerarquizar y organizar el sonido producido en un lapso determinado de tiempo. Lo que define el tono de una pieza, a grandes rasgos, es la nota (o frecuencia) que más se repite, si nos referimos a la música que conocemos como clásica, tendremos como característica fundamental, que la nota que conocemos como tónica será la primera y última nota con la frecuencia más grave que aparezca en la pieza musical.
"Jardín" es la idea de ver liberar el tiempo de la esclavitud del cuerpo
M. Outón