¿ A QUIÉN PERTENECE MADRID ? LA VIGILANCIA DE LA CIUDAD
P
ara los visitantes británicos , una de las cosas más increíbles sobre las ciudades europeas es el espíritu de las calles . La gente va por todas partes de la ciudad diariamente , disfrutando el sol y la vida . Madrid no se trata de una excepción ; las numerosas plazas y el hermoso Parque del Retiro proporcionan espacios grandes y libres para que amigos , familias , y comunidades se reúnan . Por supuesto , el clima de Madrid , comparado con el lluvioso Reino Unido , es una causa de esa diferencia , pero , también se puede atribuir a una diferencia cultural en el tejido de la ciudad y la sociedad . La mentalidad de « trabajar para vivir » se opone directamente a la del Reino Unido .
Con un porcentaje tan grande de los habitantes de Madrid viviendo en pisos , el espacio exterior comunitario es el corazón de la comunidad . Esta diferencia estructural es un ejemplo interesante de la teoría de terceros espacios . Acuñado por la socióloga Ray Oldenburg , los terceros espacios se refieren a un lugar libre y gratuito que no es ni el del hogar ni el del trabajo . Es un espacio para la construcción de relaciones e intercambio de ideas . La función de esos espacios es particularmente importante para la gente marginalizada , los jóvenes , los mayores y para aquellos con bajos ingresos . Sin embargo , en la época capitalista , los terceros espacios desaparecen en muchos países occidentales , desplazados por espacios en los que la existencia depende del consumo . Algunos comentan incluso que el tercer espacio se traslada al internet . Pero , en Madrid , no es solamente la presión económica , sino también la creciente presencia policial la que amenaza a esos espacios .
Es importante que consideremos a quién va dirigida la vigilancia de espacios públicos . Desde el principio del siglo XXI , la policía ha tenido encontronazos con grupos de ecuatorianos en el Parque del Retiro y Lago , Casa de Campo , ilustrando la exclusión de las comunidades minoritarias de los espacios de los que dependen .
El debate sobre el botellón también pone de manifiesto el control de las calles . Madrid fue la primera región en imponer multas de hasta 600 € a la gente por beber en las calles , con la ley del 2002 de Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos . El sentimiento anti-botellón se magnificó durante la pandemia , pero cuando se marcó el fin del estado de emergencia en España en mayo de 2021 con una noche de beber al aire libre , no se ha producido el esperado aumento de casos . Además , el consumo excesivo de alcohol es relativamente bajo en España comparada con el Reino Unido . ¿ Son estas medidas , que se han calificado de paternalistas , sobre el alcohol o sobre la eliminación de una cultura joven en las calles ?
Otra crítica al botellón es que desvía dinero de los bares locales , destacando de nuevo la discriminación contra grupos de renta baja . Esto plantea la pregunta de ¿ quién tiene « el derecho a la ciudad »? Esta idea , elaborada por Lefarbe , significa que la ciudad debe ser moldeada y gobernada por los ciudadanos que la habitan , en vez de por las fuerzas del mercado . Las políticas actuales apuntan a la exclusión de los grupos marginados y de quienes no pueden participar en la sociedad consumista . Sin embargo , sólo el tiempo dirá si el futuro de las calles de Madrid estará marcado por la economía o por la comunidad .