PASOS. Revista digital del IES Sáenz de Buruaga. Nº 2. Noviembre de 2020. | Página 5

El año se cerró con la terrible riada que sufrió de Badajoz, con 25 víctimas. Ante situaciones así se sufre mucho, se sufre mucho de rabia y de impotencia.

¿Cómo asumió por segunda vez el cargo de presidente conociendo el riesgo que conlleva una crisis como la vivida en nuestro país desde el 2008?

Con muchas ganas de trabajar y de ser útil. Con el único objetivo de mejorar las vidas de todos los extremeños y extremeñas, y con la responsabilidad de responder a la confianza que tantos ciudadanos y ciudadanas habían depositado en el proyecto que encabezaba. Y, además, con sencillez y humildad, pues los cuatro años que estuve en la oposición me sirvieron para aprender.

¿Qué le llevó a unirse a la moción de censura del 2014 aunque no prosperó como se esperaba?

Hay veces en la vida en las que uno debe tomar decisiones que no son fáciles porque, en el corto plazo, no obtienen un resultado directo y pueden no ser entendidas por los que te rodean, pero que merecen la pena porque plantan una semilla que, tarde o temprano, acabará brotando.

En 2014 Extremadura era más desigual que en 2011 y, por otro lado, estaba más endeudada que nunca y batía el récord de desempleo con 160.300 parados. En esa situación, como líder de la oposición estaba convencido de que, aunque los números no saliesen, tenía la obligación de llevar a cabo la moción de censura. La situación no podía seguir así.

¿Cómo se siente al saber que ha sido nombrado por tercera vez presidente de la Junta de Extremadura?

Me siento tranquilo. Tranquilo y muy agradecido a la vez, sabiendo que nunca tendré suficiente tiempo para responder con gratitud a la confianza que me han dado los extremeños y extremeñas.

Pero, al mismo tiempo, esa confianza mayoritaria que he recibido supone una mayor responsabilidad, para no defraudar las expectativas de la gente y para conseguir avanzar en un proyecto común en el que tantos y tantas han creído.

¿Qué valoración haría de sus dos legislaturas al frente de Extremadura?

Las valoraciones son muy distintas, por cuanto las situaciones y los resultados obtenidos son muy diferentes.

El balance de la primera legislatura no puede ser, globalmente considerado, positivo, pues estuvo marcada por el paso de una crisis que destruyó mucho empleo, y el empleo es la clave del bienestar de la gente. Ahora bien, Extremadura siguió convergiendo con España en muchas estadísticas y, particularmente, me siento orgulloso del acuerdo que logramos los grupos políticos para aprobar la Ley de Educación.

Respecto de la legislatura 2015-2019 creo, con humildad, que las cosas se han hecho bien. Hay cosas que aún no están consolidadas del todo, pero hemos recuperado derechos y servicios públicos, hay 30.000 parados menos y, al mismo tiempo, hemos mejorado nuestra situación presupuestaria y financiera. Además, ha sido una legislatura marcada por el diálogo y el consenso, con grandes acuerdos en diversos ámbitos.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta en los próximos cuatro años?

Los principales siguen siendo el empleo y la plena igualdad de todos y todas. Junto a estos tenemos otros retos que, si bien tienen un horizonte temporal más amplio y trascienden regiones y países, igualmente, tenemos que trabajar sobre ellos desde ya: la demografía y el cambio climático.

¿Cómo piensa que debe ser Extremadura dentro de cuatro años?

Lo resumiría en que debe ser una región en la que se pueda vivir mejor. Para que esto ocurra considero que hay dos requisitos: que haya más empleo y que se hayan consolidado los derechos para toda la gente. El empleo vendrá de la mano de un marco jurídico moderno, que facilite la constitución de iniciativas empresariales, marco en el que llevamos años trabajando y que, en gran medida, ha sido publicado en los últimos meses. La consolidación de derechos resultará de la plena igualdad entre hombres y mujeres y de los avances en el mundo de la discapacidad y en el de los mayores.

Paola Cidoncha y Jesús Franco