Paradigmas Vol. 6, No. 1 | Page 24

Investigar la migración otro principio de diferenciación puede regir: ya sea el que distingue entre centro y periferia o el que diferencia entre estratos jerárquicos. “Estas nuevas formas de la diferenciación tienen en común el hecho de que los sistemas parciales son desiguales con respecto al principio que les da forma” (Corsi, Esposito, & Baraldi, 2006, p. 79). Entonces, cuando la complejidad alcanza niveles insostenibles para el principio de diferenciación vigente, se sobreviene una transformación estructural y, conforme se modifica el principio de diferenciación, la complejidad admitida es mayor y se acumula la capacidad selectiva en esa sociedad. Nos parece que este es el caso de las comunidades en las que la migración se presenta, pues se desborda el nivel de complejidad admisible por el principio de diferenciación que primaba en la selectividad de dichas sociedades; así, se sobreviene un cambio estructural, con lo que las operaciones de los sistemas parciales y de la propia sociedad se realizan a partir de una selectividad distinta. Ya está documentado que a través de los medios masivos de comunicación en todos los rincones del planeta se han difundido los estilos de vida propios de las sociedades del primer mundo urbano, los cuales se caracterizan por un alto nivel de consumo y de movilidad espacial. Como gran parte de los jóvenes del planeta, muchos jóvenes serranos sueñan también con alcanzar estos estilos de vida, para lo cual es indispensable que sean capaces de adquirir ciertos bienes de consumo (…) En las actuales condiciones del campo mexicano, para muchos jóvenes la única forma de devenir consumidores activos es la migración. (Aquino, 2012, p. 47) El reto para abordar esta realidad es registrar la diferenciación primaria de las comunidades expulsoras de migrantes, la misma que determina las formas de diferenciación que trazan los límites de los sistemas parciales y sus entornos al interior de dichas comunidades; con ello se podrá identificar el nivel de complejidad que se admite. Pero luego hay que considerar el factor migración, el cual ejerce una presión tal que puede Paradigmas, ene.-jun., 2014, Vol. 6, No. 1, 11-35 | 25