Intelectuales: entre un mapa de la cuestión…
Una vez finalizado el análisis desde el marxismo, Altamirano dedica un capítulo al estudio del modo en que la sociología abordó el tema
de los intelectuales. La preocupación de la sociología se ubica en establecer las especificidades de los intelectuales realmente existentes, prescindiendo —al menos en intención— de la dimensión normativa. Si
bien el texto de Karl Mannheim Ideología y utopía (1929) suele ubicarse como inicial, la tradición germana (incluido Weber) había dedicado
observaciones sociológicas sobre el lugar y las características de la intelligenstiza. Los escritos de Mannheim marcan para Altamirano un hito
en la reflexión sobre las nuevas condiciones sociales de emergencia de
los hombres dedicados al pensamiento, las artes y la ciencia, así como
su lugar en la contienda política. Esta mirada no está del todo exenta de
ciertas expectativas de la labor de los intelectuales, ahora relativamente
autónomos de las clases sociales de las cuales provienen, como agentes
capaces de acceder a la objetividad de la totalidad social y en ese sentido portadores de historicidad.
Altamirano escoge a Edward Shils como el portavoz de la preocupación funcionalista sobre el comportamiento de ciertas élites disconformes
con la misma sociedad de la que son parte. Shils constata en todas las sociedades la existencia de personas con propensión a dedicarse a cuestiones que van más allá de su vida cotidiana y con la necesidad de producir
acciones que exterioricen estas preocupaciones. A su vez, y esto es lo central, la necesidad de la sociedad de vincularse con los fundamentos, lo
sagrado y lo trascendente. Los fundamentos del poder, la propia historia
y la educación requeridos por las sociedades se incrementan cuando estas ganan en complejidad; allí los intelectuales se vuelven más relevantes
como instancia de garantía de la autoridad sobre el conjunto. La producción de ciertos principios estructurantes de la comunidad y elementos
de socialización son provistos por los intelectuales. No obstante, esto no
exime de tensiones al interior de este grupo ni a los intelectuales y quienes detentan el poder en la comunidad. Los intelectuales para Shils, dice
Paradigmas, jul.-dic., 2014, Vol. 6, No. 2, 181-188
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