Paradigmas Vol. 5, No. 2 | Page 33

Una reseña histórica de los diseños experimentales este método era para investigar situaciones donde no se podían introducir cambios artificialmente. El método de la concordancia, por último, es en general bastante diferente a ciertos procedimientos experimentales actuales típicos. Mediante el método de Mill se comparaban distintos casos en los que se producía el efecto X y donde había diferentes causas posibles; por ejemplo, en un caso están las causas posibles A-B-C y el efecto X. En cambio, en el procedimiento actual no se hace un descarte progresivo de causas hasta que quede, por ejemplo, C; en su lugar, se selecciona previamente la causa C y se la somete a prueba y los demás factores (A y B) son tratados como variables extrañas, buscándose controlar su influencia con procedimientos como la aleatorización. La importancia de la aleatorización. Un pionero de este procedimiento de selección al azar fue Fisher (1954), que lo propuso cerca de 1925. La aleatorización es otra técnica de control de variables extrañas y, en varios sentidos, la mejor de todas. Un ejemplo típico de su empleo es aquel estudio que quiere averiguar si el ruido es causa del estrés. Luego de seleccionar dos grupos de sujetos, al primero se le administra ruido y al otro no, y luego se miden los niveles de estrés. Si en el primer grupo se hubieran elegido todos sujetos con ocupaciones estresantes y en el segundo no, no se podría saber si el estrés resulta del ruido o de la ocupación. Para resolver este problema se eligen a todos los sujetos al azar, lo que aseguraría con bastante confianza que habría la misma proporción de ocupaciones estresantes y no estresantes en ambos grupos, es decir, quedarían nivelados o igualados en esa y otras muchas variables como edad o sexo, excepto en el ruido. Se concluye así que si hay diferencias de estrés luego del tratamiento experimental, debe ser adjudicado al ruido y no a las otras variables extrañas. Autores como Campbell y Stanley (1966) asignan particular importancia a la “randomización” o aleatorización desde el momento en que Paradigmas, jul.-dic., 2013, Vol. 5, No. 2, 69-98 | 91