Una reseña histórica de los diseños experimentales
Los mediaevales
A. Grosseteste contribuyó a desarrollar nuevas técnicas inductivas
para descubrir principios explicativos. Sugirió, por ejemplo, un procedimiento para saber si una hierba tenía efecto purgante: debían examinarse numerosos casos donde se administrase la hierba en condiciones en
las que no hubiera otros agentes purgantes (Losee, 1979, p. 42). Se trata
de un procedimiento inductivo que luego describiría Stuart Mill como
el método conjunto de la concordancia y la diferencia.
B. Duns Escoto propuso el método de la concordancia, pero le asignó
méritos muy modestos: sostenía que, si cada vez que se daba la circunstancia A se producía el efecto X, variándose todas las otras circunstancias, el científico estaba autorizado a afirmar que A “puede” ser la causa
de X, pero no a que necesariamente A “debe” ser su causa (Losee, 1979,
p. 43). Escoto se refirió a “uniones disposicionales” entre un efecto y su
circunstancia antecedente, es decir, de uniones constatadas en la experiencia y que, como tales, no podían ser consideradas uniones necesarias.
C. Según refiere Losee (1979),
Occam formuló un procedimiento para extraer conclusiones acerca de las uniones disposicionales siguiendo un método de la diferencia. El método de Occam consistía en comparar dos casos:
un caso en que el efecto está presente, y un segundo caso en que
el efecto no está presente. Si se puede mostrar que existe una circunstancia que está presente cuando el efecto está presente, y ausente cuando está ausente (…), entonces el investigador está autorizado a concluir que la circunstancia ‘puede ser’ la causa del
efecto. (p. 78)
Paradigmas, jul.-dic., 2013, Vol. 5, No. 2, 69-98
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