Luckerhoff & Guillemette
Según plantean O’ Connor, Netting y Thomas( 2008), el uso de la teoría fundamentada se ha extendido cada vez más, así como ha ocurrido un aumento general en el desarrollo de nuevas tecnologías y perspectivas cualitativas. Asimismo, debido a que los diseños cualitativos se han vuelto tan diversos, la aplicación de estándares de calidad y rigurosidad se ha convertido en un desafío cada vez mayor( Lincoln, 1998; O’ Connor et ál., 2008; Patton, 2002; Shek, Tang, & Han, 2005). La revisión de resúmenes de tesis realizada por O’ Connor et ál. confirmó las sospechas de dichos investigadores en relación a que la teoría fundamentada( en adelante t. f.) está siendo empleada de muchas maneras diferentes:
algunos investigadores están haciendo uso de la teoría fundamentada clásica tal y como fue originalmente concebida; otros la emplean para establecer significados profundos; por otra parte, están aquellos que utilizan solo el método de comparación constante sin el desarrollo de teorías; e incluso algunos emplean las palabras fundamentada o fundada, 1 sin involucrarse en absoluto con la investigación basada en la teoría fundamentada( p. 42). 2
1 Grounded o grounding( nota del Ed.).
2 Todas las traducciones de las citas incluidas en este artículo han sido realizadas por el traductor del mismo. Sin embargo, para algunas de ellas el lector puede encontrar otras traducciones al español de las fuentes originales( nota del Ed.).
Estos autores argumentan que se hace difícil valorar la calidad de la investigación si los evaluadores se quedan sin orientación o sin criterios para realizar sus juicios. Si se parte de los supuestos positivistas u objetivistas o de los supuestos interpretativos o subjetivistas, la forma en la cual se utiliza la t. f. debiera ser muy diferente. Así, parece claro que“ la ampliación de la concepción tradicional y clásica de la teoría fundamentada para responder a desarrollos más posmodernos ha creado una gran confusión sobre lo que es una‘ buena’ investigación de teoría fundamentada”( O’ Connor et ál., 2008, p. 42). Nuestro propósito con este artículo
12 | Paradigmas, ene.-jun., 2012, Vol. 4, No. 1, 9-39