Paradigmas Vol. 3, No. 1 | Page 65

El conflicto de interés en el ámbito universitario
los docentes controlan los recursos universitarios. Una situación como esta – en donde el mismo individuo que controla los recursos también se dedica a actividades externas – genera la posibilidad de que se presenten conflictos de interés.
Ahora, ¿ en qué sentido podemos decir que los docentes( quienes pasan la mayoría de su tiempo realizando investigaciones, proveyendo servicios y enseñando) tienen el control sobre los recursos universitarios? Frecuentemente son docentes quienes deciden la dirección que tomarán la totalidad de los programas de investigación, de proyección social y de enseñanza, lo cual puede afectar la distribución de una amplia gama de recursos, tales como el dinero gastado en suministros y equipos, el tiempo de los estudiantes y del personal de apoyo, el tiempo utilizado trabajando en computadores y otros equipos sofisticados, y el uso de salones y laboratorios pertenecientes a la institución.
Que el investigador sea quien tome las decisiones relacionadas a estos temas está en el fuero mismo de la universidad, y esto, en sí mismo, no es lo que genera una situación de conflicto. No obstante, cuando estos mismos investigadores y las empresas que trabajan en su área de especialidad tienen algún tipo de relación financiara, sí es posible que surjan los conflictos de interés. Tales relaciones financieras pueden incluir, por ejemplo, consultorías, asesorías, acciones o responsabilidades gerenciales. Otras señales de riesgo son las empresas spin-off pertenecientes a los docentes; en este caso pueden surgir no sólo intereses financieros sino también interrogantes sobre las agendas de investigación y sobre la objetividad científica. Así mismo, es necesario tener especial cuidado en los casos en que estudiantes participan en las actividades empresariales privadas de un docente.
El monitoreo y manejo cuidadoso de los conflictos potenciales puede ayudar a prevenir situaciones preocupantes y destructivas, mientras que si se permite que los conflictos evolucionen esto puede derivar en el fraude científico, en el uso de información privilegiada o en la malversación de fondos, entre otros posibles resultados directos. En consecuencia, la objetividad – el desinterés financiero – es clave en gran parte del trabajo que se realiza en las universidades; pero ésta casi siempre se ve comprometida, en apariencia al menos, cuando los intereses financieros del investigador son demasiado altos. Por definición, el desinterés y el interés financiero personal son incompatibles.

Paradigmas, ene.-jun., 2011, Vol. 3, No. 1, 58-75 | 63