David Acosta
y la Research and the Artist Conference organizada por la Ruskin School of Art( Oxford) en 1999. Como puede verse, estos esfuerzos no sólo son sorprendentemente contemporáneos, sino que demuestran una clara necesidad y disposición de trabajar sobre el tema.
Pero el paralelo con nuestra situación no termina allí; en el Reino Unido como en Colombia la“ invitación” a investigar vino acompañada de muy pocas o muy vagas directrices y de una escasa ayuda conceptual, metodológica y financiera por parte de las agencias gubernamentales. Asimismo, aún había una marcada tendencia hacia lo científico desde una mirada eminentemente tradicional y excluyente; por ejemplo, a la hora de la evaluación de un proyecto, sólo se aceptaba a un resultado como producto de una investigación si podía“ mostrar estar firmemente localizado dentro de un contexto investigativo, estar sujeto al examen y evaluación crítica e impactar o influenciar los trabajos de pares, las políticas y la práctica [ artística ]”( Art and Design Panel, UK( 2001), citado por Douglas, Scopa, & Gray, 2000). Desde luego, dicha definición dejaba más preguntas que respuestas, lo que generó una multiplicidad de interpretaciones y prácticas en la investigación en ese país. Finalmente, estos primeros asomos enfrentaron la limitante( también conocida en nuestro ámbito académico) de la mínima cantidad de artistas capaces de embarcarse en proyectos de investigación.
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Sin embargo, los puntos de convergencia acaban allí. La gran diferencia entre los dos modelos estriba en que en el Reino Unido la investigación artística, a pesar de sus comienzos difíciles, se ha desarrollado ampliamente. La ruta más utilizada ha sido la investigación basada en la práctica( artística): aquella empleada como un medio o, más bien, como una etapa dentro de un proceso creativo, el cual genera un resultado innovador( la obra artística).
Paradigmas, [ número especial ], 48-72( 2009)