Outlander Magazine Número 6 (enero 2018) | Page 17
Caminando en círculos
El espíritu de supervivencia y lucha del pueblo escocés tiene
su origen en un grandioso y turbulento pasado, perdido en las
nieblas de la Prehistoria. Se calcula que los primeros pobladores
de Escocia llegaron a estas tierras cuando se retiraron los hielos
de la última glaciación, hace unos 10.000 años. Esos pueblos pri-
migenios dejaron, a partir del Neolítico, un rico legado arqueoló-
gico diseminado por todo el territorio, rodeado de leyendas y
misterios sin resolver.
Monumentos megalíticos como dólmenes y cairns, túmulos
funerarios colectivos, hicieron su aparición en el paisaje; además
de menhires -enormes piedras verticales- que también fueron
obra de aquellos antiguos moradores, y círculos de piedras o
crómlechs, formados por varios menhires agrupados en uno o
varios círculos. Se cree que estas estructuras tienen una antigüe-
dad de entre 5.000 y 3.000 años, los más recientes, y todavía,
hoy en día, su uso y función no están del todo claros.
Se sabe que los dólmenes y cairns cumplían una función fu-
neraria, puesto que se han encontrado restos de enterramientos
en su interior. Los menhires y crómlechs ya resultan más miste-
riosos. Los pueblos gaélicos, tribus celtas más tardías a la época
megalítica, llamaban a los menhires fir bhrèige, o falsos hombres.
En algunos se encontraron restos funerarios en el interior de los
círculos o en la base de las piedras principales, lo que confirma
su naturaleza sagrada para los pueblos que los edificaron, puesto
que allí enterraban a sus venerados antepasados.
Algunas teorías también parecen indicar que se construyeron
como monumentos conmemorativos o santuarios cósmicos de
veneración a los ancestros, en los cuales se llevaban a cabo ri-
tuales para honrar a los difuntos. Además, y debido a su precisión
geométrica, se piensa que fueron utilizados como observatorios
astronómicos, alineados con los astros siguiendo un patrón es-
pecífico para celebrar los solsticios y equinoccios.
¿Portales a otros mundos?
Todavía prevalece la idea de que círculos de piedras y men-
hires están bajo el cuidado especial del mundo de los espíritus.
Eso explica por qué muchos de ellos todavía existen hoy en día,
pues que se dice que “los espíritus se resentían de la interferen-
cia humana con las piedras”. En la antigüedad, se les conocía
también como Piedras de los Druidas e incluso hay algunos
crómlechs asociados con nombres de primitivos santos, de la
época en la que el cristianismo se empezó a abrir paso en Esco-
cia.
Lo que sí sabemos con certeza es que los círculos de piedras
no eran portales para viajar en el tiempo, como hacen Claire y
Geillis. Pero, independientemente de su origen mágico, la cone-
xión con el mundo del “más allá” de las antiguas piedras hace de
recipiente perfecto para contar la historia del viaje en el tiempo
de Claire. Su traslado al pasado ocurre durante la noche de Sam-
hain, cuando, según las viejas leyendas, “el velo entre los mun-
dos” desaparece.
En el rico y poético folclore escocés, sobre todo el de las re-
motas Highlands, las piedras en ocasiones se asociaban con
puertas o portales hacia el “otro mundo”, ese mundo paralelo y
oculto de los espíritus y seres mágicos: hadas y duendes, espec-
tros y brujas, monstruos y elfos, enanos y gigantes y demás cria-
turas que habitaban bosques, colinas, páramos, lochs y ríos,
siempre invisibles para los humanos. Estos seres sobrenaturales
eran totalmente reales para los escoceses de épocas pasadas,
que asociaban eventos y sucesos -tanto buenos como malos- a
interferencias por parte estos seres.
En el origen de los pueblos estaban las hadas
En la cultura gaélica de Escocia, Irlanda, Gales, etc., la mito-
logía feérica está muy presente desde tiempos muy antiguos, y
se extiende hasta muy entrada la era moderna. Son innumerables
las leyendas e historias que se cuentan relacionadas con las
hadas y muchas de ellas todavía llegan hasta nuestros días,
transmitidas por la voz popular.
Aos sí (en gaélico moderno), o aes sith (en gaélico escocés
antiguo), y aes sídhe (en gaélico irlandés antiguo) son los térmi-
nos utilizados para nombrar una antigua raza mitológica, compa-
rable a las hadas y elfos. Se dice que habitan bien en el mundo
subterráneo al que se puede acceder a través de los cairns o tú-
mulos funerarios -también llamados sídhe en algunas regiones-,
o más allá del Mar de Occidente, o bien en un mundo invisible
que coexiste con el mundo de los humanos.
Este universo paralelo se superpone al mundo real y los aos
sí pueden caminar entre los humanos sin ser vistos por estos úl-
timos. A los aos sí se les puede considerar, alternativamente, es-
píritus de la naturaleza, antiguas deidades de los pueblos origina-
Nota de la A: Hay infinidad de círculos de piedras diseminados por las
tierras de Escocia y las islas escocesas. Pero Craigh na Dun no existe.
El círculo de piedras de Outlander es una creación de Diana Gabaldon,
autora de las novelas. Para recrear el Craigh na Dun de la serie -sobre
todo la piedra principal, que actúa como portal a través del cual viaja
Claire al siglo XVIII- se basaron en las Piedras de Callanishun importante
crómlech situado en la Isla de Lewis, en las Hébridas Exteriores.
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