Outlander Magazine Número 4 (septiembre 2017) | Page 25
da a los ingleses al llegar.
Era el mismo sistema de
guerra de escaramuzas que
a los escoceses se les daba
tan bien. Así pues, a
Eduardo III no le quedó más
remedio que retirar las tropas
y abandonar Escocia, permi-
tiéndole al rey David II de
Bruce volver a su país, aun-
que no sin antes pagar cien
mil francos al rey inglés, una
suma desorbitada para un
país pobre y destrozado por
la guerra. A pesar de ello, a
su llegada, se encontró con
el patriotismo de los escoce-
ses.
“Ellos fueron el origen de
la larga e infeliz dinastía
de los Estuardo”
El rey David II de Bruce reinó
pacíficamente hasta su
muerte, en 1371, sin ningún
heredero para Escocia. Aún
así, puesto que el pueblo es-
cocés no sentía más que
amor y admiración por Ro-
berto I de Bruce, decidieron
entregarle la corona y el
trono escoceses a su nieto,
Roberto, hijo de Marjorie, a
su vez hija de Roberto I de
Escocia, y Walter, Lord Gran
Intendente de Escocia o Lord
High- Steward; era el sexto
de su familia que había ejer-
cido tan altas funciones, por
ello era merecedor del re-
nombre Estuardo (Steward).
Ellos fueron el origen de la
larga e infeliz Dinastía de los
Estuardo, comenzando en
1371 con Roberto II Es-
tuardo.
Al rey Roberto II Es tuardo se
le recordó como un rey ama-
ble y valiente, que en su ju-
ventud fue un gran guerrero,
pero teniendo que pasar casi
todo su reinado en el retiro,
pues fue coronado de viejo,
con más de cincuenta años,
y padecía las enfermedades
de la vejez.
Cuando el viejo rey escocés
contaba ya catorce años de
reinado, en 1385, el joven
rey de Inglaterra, Ricardo II,
invadió Escocia. Inmediata-
mente el monarca escocés
pidió ayuda al rey de Francia,
Carlos VI, que le mandó
tanto hombres como arma-
mento suficiente para com-
batir a Inglaterra bajo las
órdenes de Juan de Vienne;
que nada más llegar a Esco-
cia quiso lanzarse contra los
ingleses. Douglas, que era
más precavido que el
francés, le un paisaje mon-
tañoso las innumerables filas
del ejército inglés. Habiendo
aprendido bien el escocés de
las técnicas del rey Roberto I
de Bruce, prefirió utilizar la
guerra de escaramuzas, de-
jando las ciudades y aldeas
vacías de provisiones y ga-
nado, y con los escoceses
escondidos en los bosques y
montes, lanzando pequeñas
pero rápidas ofensivas. Era
el mejor sistema para enfren-
tarse al ejército inglés, tan
entrenado y disciplinado,
además de numeroso. Y así
se lo demostraron a los fran-
ceses, pues el ejército inglés
tuvo que huir en retirada de
Escocia, aunque los france-
ses quedaron descontentos
por no haber saciado su sed
de batalla en aquellas tierras
escocesas.
“David Estuardo decidió
proponerle a Enrique IV
terminar con el conflicto
mediante un combate”
Después de tantas ofensivas
sin satisfactorio resultado
para Inglaterra, cabría pen-
sar que los monarcas ingle-
ses se cansaron de atacar a
su vecina del norte; pero no
fue así. En Inglaterra, des-
pués de un período de ines-
Castillo de Edimburgo, Escocia /ihistoriarte.com
tabilidad en el que la Casa
de Lancaster derrocó al rey
Ricardo II, comenzó el rei-
nado de Enrique IV de Lan-
caster, cuya primera acción
fue matar de hambre al ante-
rior rey, para después conti-
nuar con la invasión de
Escocia, una vez más.
Mientras tanto, en Escocia,
fallece Roberto II Estuardo y
le
sucede
su
hijo
primogénito, Roberto III Es-
tuardo. Cuando Enrique IV
entra en Escocia, cita a todos
los lores ingleses y escoce-
ses en el Castillo de Edim-
burgo
para
prestarle
homenaje al rey inglés por la
corona de Escocia y sus di-
ferentes feudos. En ese mo-
mento, el castillo estaba
ocupado por el duque de
Rothsay, el primogénito del
rey Roberto III, que no es-
taba muy dispuesto a desa-
lojar la plaza y el castillo para
el rey de Inglaterra, y mucho
menos si era para conce-
derle las investiduras. Por
ello, el duque de Rothsay,
David Estuardo, decidió pro-
ponerle al monarca inglés
Enrique IV terminar con el
conflicto mediante un com-
bate, en el que se enfrenta-
rían el mismo número de
escoceses que de ingleses,
y dicho número sería de libre
elección del monarca inglés.
Enrique IV se negó a tal
combate y permaneció en
suelo escocés esperando a
que el ejército enemigo les
atacase; pero nunca lo hicie-
ron. Al ejército inglés y a su
rey no les quedó más reme-
dio que, una vez acabadas
las provisiones, volver a In-
glaterra tras una inútil y de-
sastrosa expedición; que no
sirvió más que para demos-
trar la moderación que tenía
este monarca inglés, te-
niendo en cuenta a sus ante-
pasados.
“La Dinastía Tudor, de la
que proviene María Es-
tuardo, reina de Escocia"
Enrique IV no tuvo mucho
más tiempo para preocu-
parse por Escocia. Mientras
el monarca inglés perdía
tiempo en la incursión a Es-
cocia, en el suroeste de la
isla, en Gales, se estaba pre-
parando una insurrección
que le traería muchas des-
gracias a la Casa Lancaster.
Así, se irán sucediendo en el
trono miembros de dicha
casa y miembros de la Casa
de York (miembros que sir-
vieron de inspiración para las
novelas de “Juego de Tro-
nos”), conspirando unos con-
tra otros y matándose entre
sí, para acabar en el trono la
famosa Dinastía Tudor, de la
cual hablaremos en la
próxima entrega, de la que
proviene la gran María Es-
tuardo, reina de Escocia.
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