Outlander Magazine Número 4 (septiembre 2017) | Page 23
DE UNA RIÑA FAMILIAR
UNA SECCIÓN DE ALBA GONZÁLEZ
A UN CONFLICTO DE MÁS
DE UN SIGLO
ASÍ ES COMO ESCOCIA INICIÓ LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS
Inglaterra el Tratado de Nort-
hampton, en 1328, mar-
cando el final de la primera
Guerra de Independencia
Escocesa. Las condiciones
del tratado fueron las si-
guientes:
- Inglaterra reconocía a Es-
cocia como un reino inde-
pendiente.
- Roberto I de la Casa de
Bruce y sus sucesores serían
los gobernantes legítimos de
Escocia.
- Se volvió a dibujar la fron-
tera entre ambos países al
igual que era en la época del
rey Alejandro III (1249-1285).
“No hizo falta más que la
ambición de un solo hom-
bre para llevar a Escocia a
la ruina y hundirla en la
humillación”
Estatua de Roberto I Bruce en Bannockburn, Escocia / wikipedia
Como ya vimos en la anterior
entrega, en Inglaterra reina
Eduardo III desde 1327,
mientras que en Escocia lo
hace Roberto I de la Casa de
Bruce, considerado uno de
los reyes más grandes que
ha dado la Historia de Esco-
cia, si no el que más, hasta
1329; cuando muere dejando
como sucesores a un hijo de
corta edad, David II de
Bruce, de cuatro años; y a
una hija que entregó la co-
rona a la Casa Estuardo.
De esta manera, le corres-
pondió la regencia a Ran-
dolph, duque de Murray, que
por más que intentó que el
orden y la justicia reinasen
por toda Escocia no lo consi-
guió; pues nada más morir
Roberto I de Bruce, la Casa
de los Balliol y sus aliados,
teniendo como cabecilla a
Eduardo de Balliol, hijo de
Juan de Balliol, comenzaron
a conspirar contra la familia
enemiga.
Pero, una vez que Roberto I
de Escocia muere, Eduardo
de Balliol, junto con todos
estos nobles ingleses que se
quedaron sin sus tierras es-
cocesas, conspiraron para
obtener el poder. Y así fue
que, en 1332, a la muerte del
regente Randolph, que fue
reemplazado por Donald,
conde de Mar y sobrino de
Roberto I de Bruce; Eduardo
de Balliol y sus seguidores
(cuatrocientos hombres ar-
mados y cuatro mil arque-
ros), se infiltraron en el
campamento del nuevo re-
gente y lo mataron junto a
muchos de los suyos. Así,
Eduardo de Balliol fue coro-
nado en Scone y reconoció a
Eduardo III de Inglaterra
como su señor y amo, a
pesar de que en el Tratado
de Northampton el rey
británico había renunciado a
sus derechos para con la co-
rona escocesa; además de
cederle el castillo y la ciudad
de Berwick.
A cambio de sus derechos a
la corona, Eduardo III le dio
a Eduardo de Balliol una
cuantiosa renta y pasó el
resto de sus días en la oscu-
ridad. El apellido Balliol y, por
“Inglaterra reconocía a
Escocia como un reino in-
dependiente”
Como contamos en el ante-
rior número, Roberto I de
Bruce liberó a Escocia del
yugo inglés, de tal manera
que todos los ingleses que
habían recibido tierras esco-
cesas por parte del rey
británico, fueron despojados
de dichas tierras. Se selló así
con la rúbrica de Roberto I
de Escocia y Eduardo III de
Tratado de Edimburgo-Northampton, 1328
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