Outlander Magazine Número 3 (Julio 2017) | Page 48

que tienes delante de ti. Una gran parte de nuestro equipo está formado por antiguos alumnos de la escuela de arte, en los que para algunos es su primer trabajo o están de prácticas. Tenemos a seis de ellos que se sientan de- lante de la máquina profesio- nal de bordados y llevan sus habilidades de pintores y/o escultores a la práctica, de modo que aprendemos a cómo traducir el bordado que se ve en una pintura del Siglo XVIII a una máquina y luego a esculpir centenares de yardas de telas artesanal- mente bordadas. Estás ahí y dices “Dios mío, ¡mira lo que podemos hacer!” Eso que consigues te lleva a mirar a la siguiente tarea. Todo este sorprendente pro- ceso nos enseñó a pensar cosas como “No sabemos de dónde podemos obtener los botones, ¡tal vez tengamos que hacer botones! ¿Qué se necesita para hacer boto- nes?” Y luego nos sentábamos todo el equipo y decidíamos que hacer. Y ese fue el pro- ceso que llevamos para casi todas las prendas que vere- mos en la serie, en las que nos preguntábamos “¿Cómo diablos vamos a hacer esto?” A continuación, el equipo co- mienza a tener ideas y éstas llegan a algún tipo de solu- ción que generalmente fun- ciona, ya que no tienes tiempo ni espacio donde fa- llar. Háblame sobre el traje flo- ral marrón que lleva Claire en las fotos promociona- les. Hicimos eso porque Claire es una mujer de otra época. Ella no es del Siglo XVIII. Cait y yo queríamos darle un algo para hacerla sentir en los años 40. Lo hicimos en la pri- mera temporada, pero de forma mucho más sutil. Hemos puesto bolsillos en su ropa, por lo que muchas veces la verás con las manos en los bolsillos. Que- ríamos asegurarnos que ella era aún más moderna en una época moderna. Algo así pasa en el período de París. Para esa época, los trajes son muy restringidos, muy recargados, y muy pero que muy exigentes y yo sé que así no es Claire. Así que me volví de nuevo a los años 40, dado que es la época de la ella procede. Ese vestido marrón con flo- res tiene una gran historia detrás. Mi tienda de telas fa- vorita se encuentra en San Francisco y se llama Britex Fabrics, y he estado acu- diendo allí durante años y años. Entré y dije: “Seguro que tienes algo en el sótano que nadie compraría. Baja y búscalo”. Y de repente, traen esa la tela de flores y simple- mente dije que era magní- fica. La mejor parte de la historia es que extendemos el rollo de tela en la mesa y allí se encuentra otra com- pradora. Se para y dice “Es preciosa, ¿no? ¿Has visto al- guna vez la serie “Outlan- der”? Me gustaría que alguna vez pudieran usar algo así en la serie”. Y dije: “¿Adivina quién soy?”. Fue una tela que encendió las alarmas a través de Inter- net. La gente estaba como “Espera un minuto, ¡eso no se ve en ese período!” Que- remos imaginar que Claire entra en un salón de París del Siglo XVIII y dice “¡Esto! ¡Cámbialo así! ¿Por qué no ponemos flores debajo?” Ella es una mujer moderna, así que en el momento en el que vi la tela, tuve la sensación