Ourbit Agosto - Septiembre | Page 12

Entre música a todo volumen y unas cuantas cervezas acompañando rebanadas de pizza, platicamos con Jorge D e Argelos, fundador, cerebro y emprendedor de un concepto nuevo e interesante llamado Vania. Integrado también por Christian Shmiden en la batería, Edgar Noyola en guitarra y Diego Mejía en el bajo.

Vania ve la luz a partir de un momento difícil pero decisivo en el camino que Jorge estaba tomando, pues la determinación más importante en este caso fue dejar la escuela de música. No por que su trabajo careciera de méritos, sino por problemas administrativos que sabía, que lo único que ocasionarían era retrasarlo.

La determinación tomada lo llevó a salir del D.F. concretamente de las calles de Coyoacán, para recorrer la República Mexicana en búsqueda de integrantes para su proyecto. Quizás recordando que esa misma decisión lo hiciera llegar al corazón del País desde Tampico, Tamaulipas. “Le pedí el coche prestado a mi mamá y ahí metí todas mis chivas”. Así empezó el viaje.

Buscó haciendo uso de las redes sociales y de los medios impresos, con la esperanza de encontrar valores importantes en Monterrey , Guadalajara, Tampico y Puebla, gente que compartiera su sueño de dedicarse tiempo completo a desarrollar el proyecto, rentar un lugar para vivir y trabajar y comenzar a despegar, hasta que el círculo de la empresa cerró en el lugar donde comenzó y finalmente Vania se conformó de músicos del D.F.

“Ya me habían advertido que sería difícil que alguien de monterrey, por ejemplo quisiera irse a vivir al D.F. a entrarle al proyecto sin la seguridad de que pegara, pero me divertí y conocí gente muy chida en ese viaje”

Mucha gente pasó por el proyecto Vania y en palabras de Jorge esto se debió a que en su mayoría, esperaban entrar a un proyecto más consolidado o lista para entrar al estudio. La verdad en ese momento era otra, primeramente debía haber gente que se comprometiera a crear, a componer y por lo tanto a tener un material dispuesto a ser grabado. Esto generó desconfianza sobre el tiempo que se necesitaría para consolidar la banda, lo que causó desesperación y renuncia de muchos integrantes.

Para Jorge, es triste afirmar que la escena en Tampico, no obstante de ser pequeña -porque solo existían tres lugares que permitían a las bandas tocar material original- prácticamente está desapareciendo bajo la sombra de la violencia que desde ya hace varios años sacude ese Estado.

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