flat expanse that is steadfast in its uniformity, inhibited
only by urban uses, but not limited in its sense
of space and depth, its most conspicuous element is
in fact, the sky. In short, a space located between the
urban and the divine.
Bahía de Cádiz Central Park
The extraordinary environment in which the Bahía
de Cádiz Natural Park is located makes understanding
it through its surrounding population also
special. It is apparent that in this protected space
its local population does not follow the conventions
applied to those in other natural spaces, which are
usually framed within rural settings. The rustic and
nostalgic image of the villager loses all meaning
here, adding another facet to this protected space.
Three thousand uninterrupted years of urban and
cosmopolitan space, together with all that that entails,
takes its toll on the collective subconscious.
However, this does not mean that the relationship
between the population and the natural environment
and its resources is not a close one. In the Bay of
Cádiz, use of the natural space, especially its marine
resources, such as salt farming, fishing, or shell
fishing, have remained almost intact since ancient
times – even as far back as Prehistory. However,
even though the Bay’s population maintains cultural
features closely linked to the natural space and its
resources, as seen in leisure activities, gastronomy
or heritage, the number of its inhabitants who live
from these primary activities and the general economic
dependence on these occupations is very low
compared to rural settings.
This unusual trait of the local population can be seen
above all else in its use of the protected area. In the
Bahía de Cádiz Natural Park, for example, it is unusual
for the typical ecotourist or enthusiast of road trips and
country routes, to plan a visit to the area. Here, the use
of the natural space is immediate, popular, more local
and more conscientious. Increasingly, Natural Parks are
considered the major green recreational area of urban
environments, used for sports, walking dogs, walking
for fitness or to cycle from one municipality to another.
This implies habit rather than chance. And more so in
the cities of the Bay, where, due to its cramped urban
spaces, green areas are scarce. In New York people
walk through Central Park, in Madrid, through El Retiro,
in the Bay of Cádiz, through its Natural Park.
mogeneidad, solo constreñida por los usos urbanos,
pero que apenas limitan su sensación de amplitud y
profundidad, y cuyo elemento más conspicuo es, en
realidad, el cielo. Un espacio, en definitiva, situado
entre lo urbano y lo divino.
Bahía de Cádiz Central Park
El especial contexto en el que se ubica el Parque
Natural Bahía de Cádiz hace que sea también especial
la forma de entenderlo por la población de su
entorno. Es obvio que en este espacio protegido el
concepto de población local no sigue los convencionalismos
aplicados a otros espacios naturales,
enmarcados en entornos rurales. Pierde sentido la
imagen bucólica y nostálgica del lugareño, como un
elemento más del espacio protegido. Tres mil años
ininterrumpidos de espacio urbano y cosmopolita,
con todo lo que ello conlleva, hacen mella en el
subconsciente colectivo. Esto no quiere decir que la
vinculación de la población con el entorno natural y
sus recursos no sea también estrecha. En la Bahía
de Cádiz se mantienen casi intactos desde la Antigüedad
—o incluso desde la Prehistoria— usos
del espacio natural ligados a sus recursos marinos,
como el cultivo de la sal, la pesca o el marisqueo. Sin
embargo, aunque la población de la Bahía mantiene
rasgos culturales muy ligados al espacio natural y
a sus recursos, que descubrimos en el ocio, en la
gastronomía o en el saber popular, el número de sus
habitantes que vive de estas actividades primarias y,
en general, la dependencia económica de ellas, son
muy reducidos en comparación con entornos propiamente
rurales.
Este diferente carácter de la población local se
aprecia sobre todo en el uso que esta hace del espacio
protegido. En el Parque Natural Bahía de Cádiz,
por ejemplo, es poco habitual el perfil del usuario
ecoturista, coleccionista de itinerarios y rutas campestres,
que planifica una visita. Aquí el uso público
del espacio natural es más popular, más cercano,
más ciudadano, más democrático. Así, y cada vez
más, el Parque Natural se concibe como la gran zona
verde de esparcimiento de los entornos urbanos, utilizada
para hacer deporte, para pasear al perro, para
pasearse a sí mismos por prescripción médica o para
ir de un municipio a otro en bicicleta. Esto implica
hábito más que ocasión. Y más en las ciudades de
la Bahía, donde, debido a lo apretado de sus tramas
OTWO 13 / AUGUST 2020 39