La globalización es un proceso en donde las barreras han sido eliminadas en el mundo, es decir, las restricciones son eliminadas o disminuidas para beneficiar la facilidad de las conexiones mundiales. Se suele identificar a la globalización con el concepto del comercio y de la economía, y claro, son dos conceptos de suma importancia para el proceso globalizador, pero no son los únicos. Este artículo se enfocara en la globalización, pero no en la parte comercial ni en la económica; sino en la parte de la cultura y de las personas.
Hoy no sólo se globaliza la ciencia, el mercado, el capital financiero, el «pensamiento único» y el estilo de vida norteamericano y la pobreza, también se globaliza o mundializa la demanda de justicia, de paz, de libertad, de democracia, de tolerancia. El conflicto principal es, más bien, el que opone las fuerzas de integración y las de desintegración, y este conflicto se da entre naciones, entre macro regiones, entre religiones, entre civilizaciones, y también en el interior de cada una de ellas, y en cada uno de nosotros. (Gómez García, 2000).
La globalización, por ende, se globaliza en las personas, la manera como se actúa, como se vive y hasta como se obtiene la paz, se globaliza, en otras palabras, se obtiene una cultura general en el mundo, las personas, no importa su procedencia, se procede una cultura general, una cultura globalizada que sigue los mismos ordenamientos, sin importar en qué lugar del mundo se encuentre la persona.
Magazine in/ ISSUE 01
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Personas