Odisea Cristiana Noviembre 2016 | Page 19

Por Rubén Ramírez Monteclaro E l hecho histórico más grande de la historia sin duda lo constituye la crucifixión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; aunado a su resurrección, su trascendencia es cósmica y es la verdad de todo. Dios ha inspirado a muchos artistas a representar, por medio del arte, ese momento universal por lo que estamos acostumbrados a ver a un hombre ensangrentado muerto en un madero, no sin subrayar el hecho de que Dios nos declara que un hombre así es maldito. “Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero». (Gálatas 13, citando Odisea Cristiana | Noviembre 2016 Deuteronomio 21:23). Ahora, con la revelación de Dios mismo, entendemos que tenía que ser así, porque el pecado trajo maldición a la obra perfecta de Dios, convirtiéndola en tinieblas, maldad e inseguridad para esta vida. Por tanto, en Jesús, Dios redimió, purificó, santificó lo que estaba dañado por el pecado y la muerte. Como Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo y es eterno; cuando planeó su encarnación en Jesús, sabía muy bien lo que hacía; Él mismo creó a la humanidad con toda su potencialidad y sabía las consecuencias del pecado, sabía cómo el pecado y la muerte transformaron al hombre. Por tanto, el amor motivó a Dios llevar a cabo la redención y la transformación del daño causado por el pecado, hasta 19