Al salir nos regresaron nuestra ropa de civil y al vestirnos me di cuenta del trato radicalmente distinto que
te dan los mismos guardias, que segundos antes no podías mirar a la cara, te percatas de que por ese tiempo
simplemente dejaron de verte y tratarte como a un ser humano y te convirtieron en un esclavo, en un objeto, es
este el fin práctico de la empatía, para aquellos a los que no les parece suficiente el impulso de orden biológico, emocional y sensible, implícito en nuestra naturaleza más básica, pues después de todo, seremos siempre
productos y reflejos de nuestro contexto.
Es solo en los momentos de coyuntura, en los momentos de adversidad, que encontramos la fuerza para
empezar de nuevo, para generar los cambios paradigmáticos que transformaran nuestras vidas y encontraran un mejor futuro en su recorrido, diría Chuck Palahniuk que es sólo hasta que lo perdemos todo cuando
podemos comenzar a ser completamente libres. Hasta que asumamos que nuestra tranquilidad, nuestra
seguridad, nuestro bienestar y el de las personas que más amamos, estarán siempre e inevitablemente ligados y determinados por estos mismos factores en el resto de las personas en el país y en el mundo, solo
así es como comenzaremos a construir una mejor nación y una mejor sociedad.
Estamos cansados de no ser escuchados, de que nos impongan castigos y leyes en un contexto en el
que el primero en no cumplirlas es el mismo gobierno, de ser criminalizados por protestar legítimamente
por situaciones tan ridículas que pareciera que solo en México pueden suceder y que a todos nos incumben como ciudadanos de este país, de ser inculpados y equiparados con pequeños grupos radicales que
parecieran estar protegidos y que no representan a la inmensa mayoría de la población, que degradan el
respeto por el mismo hombre, eligiendo un camino corto y estrecho desde el cual no hay mayor visión que
la que limita sus ideales intentando colonizar los de los demás.
No dejemos de luchar, no permitamos que la desilusión y la apatía coarten la búsqueda