contra y recontra
plio. No sólo vinculó a las escuelas aisladas entre sí
por otro edificio obviamente ineficiente. También
conectó el sentir de toda esa comunidad con un
país en plena crisis. Se trató de una amalgama de
toda una serie de dispositivos de producción y circulación de ideas de todo tipo. En otros lugare su
pertinencia a una cierta discusión artística actual (el
arte relacional, participativo, etc.) se hubiera recalcado. Estos estudiantes no lo hicieron y quizá por
eso el evento merece mucha más atención que casi
cualquier otro acontecimiento artístico del año. Esperemos que ante todo queden intactas las intenciones políticas básicas de ese movimiento, y que
su ejemplo genere otras posibiidades concretas y
otros ensamblajes distintos. Como siempre son los
más jóvenes los que nos hacen sentir con más intensidad que es inevitable un cambio.
sistema de distribución comercial. Esperamos algo
más que esa intrumentalización de la creatividad,
que ese utilitarismo pseudo-utópico y participativo
que tanta importancia ha adquirido en el transcurso de una década.
La reciente toma de Bellas Artes por estudiantes
del Cenart es uno de los acontecimientos artísticos
recientes más significativos. Sabida es la nefasta
y lamentable cadena de acontecimientos que llevaron a estos artistas a dejar abiertas las puertas
de este deforme palacio y a poner allí sus propias
obras. Si bien no hubo la intención de presentar
esa toma como una obra de arte, es pertinente estudiarla como una expresión de una trascendencia
crítica realmente inusitada. A pesar de su arquitectura impráctica y obsoleta, Bellas Artes sigue
siendo la cima más alta que escalar en la trayectoria artística para mucha gente. El hecho de subvertir esta jerarquía en nombre de la libertad de
expresión en las calles es tremendo. El evento no
sólo debe ser considerado seriamente en términos
políticos por sus resultados eventuales. Debe generar una dis