Obituario | Page 15

La arena ¿Cómo vamos a avanzar sobre estas dunas? Es imposible. Cuando aparece un tramo de bajada por fin, el aire la convierte en pendiente. Y cuando caminamos por izquierda, donde la arena no está acumulada, al tiempo tenemos que girar a derecha, y viceversa. Hay que quedarnos parados, no hacer ningún movimiento, amigos. Pero es tal el viento, escuece los ojos y roza la piel, que detenerse sería atentar contra la salud del cuerpo. Llevamos mucho tiempo caminando y no hemos comido nada; el agua casi se acaba. ¿Será mejor regresar. Por nuestros aparatos y nuestra experiencia calculamos la distancia para lograr cruzar las dunas antes del anochecer, y partimos cuando el sol apenas estaba saliendo. Hemos dado tantas vueltas por los mismos lugares, avanzado en zigzag, retrocedido, que no cálculo la distancia para retornar. Quizá caiga la noche antes y no logremos llegar a la planicie. Quizá estemos ya muy cerca del otro lado y regresar sería como volver a cruzar todo. O quizá no hemos avanzado mucho y el punto de partida está más cerca de lo que imaginamos. Los instrumentos, en estas circunstancias, son inservibles ¿Qué se puede hacer aquí que no sea pensar? Con este viento como látigo. Con esta arena y este polvo. No puedo ver nada ¿Cómo calibrar? ¿Cómo ajustar tan diminutas piezas? ¿Cómo observar si no se puede ver más allá de las pestañas? 15