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BOLETÍN ELECTRÓNICO “ FEDDF: PASIÓN POR EL DEPORTE”
53/1984, de 26 de diciembre, para
aquellos monitores o jugadores
retribuidos que puedan ser
funcionarios, prever según el
número de trabajadores la
existencia de delegados sindicales
o las responsabilidades derivadas
de la actividad empresarial.
Punto y aparte merece la
calificación de la relación de los
árbitros con los clubes y/o con las
Federaciones, que todavía sigue
pendiente de solución. Lo que si se
apunta desde todos los ámbitos es
que mientras no se halle dicha
solución, conviene practicar la
retención fiscal de sus
emolumentos; cuestión ésta última
que si ha sido objeto de consenso
entre los distintos interlocutores.
El resultado que se prevé es de la
imposibilidad de asumir tal carga
sin que se lleve a cabo alguna
adaptación normativa para los
clubes “pequeños”, que
representan en España el 85 % de
los clubes. Mucho más teniendo
en cuenta que los presidentes y
directivos de dichos clubes son
“voluntarios” que no perciben
cantidad alguna y que además
deben
de
asumir
la
responsabilidad de cualquier
empresario. Esa responsabilidad,
por incumplimientos derivados de
las infinitas obligaciones legales ,
¿va a ser asumida por personas sin
retribución que van a regir clubes
sin ánimo de lucro? Recordemos
simplemente las posibles
reclamaciones derivadas de
lesiones por culpa “in vigilando”
o por “culpa in eligendo” en la
actuación de monitores y personal
deportivo.
el parámetro objetivo de que la
actividad deportiva no constituya
su actividad principal. En la
jornada también se propuso la
creación del contrato de
formación en el deporte.
Sin ánimo de abundar en la
polémica, sino más bien como un
comentario más, comparto la
opinión de que la aplicación pura
y dura a los clubes de la
consideración de empresa, sin
matizaciones legales, comportará
la imposibilidad de supervivencia
de la gran mayoría de los
pequeños; de ese 85 % existente
hoy en día en España..., a no ser
que se reconviertan.
La gran duda es si la depuración
va a resultar sólo un “impasse”
para que resurja el sector
robustecido
y
“empresarializado” o va a dar
lugar a un vacío que
inapelablemente no va a ser
cubierto, al menos, durante un
largo tiempo. La respuesta la tiene
el lector.
Francisco Bartoll Huerta
Secretario General FEDDF
En el ánimo de lucro subyace la
diferencia. Los clubes que no van
a desarrollar una actividad
productiva, que no persiguen la
consecución de beneficios, sin
satisfacer unas necesidades que
se pueden calificar de sociales, no
pueden quedar encuadrados en
los mismos parámetros que los que
persiguen ánimo de lucro que,
evidentemente, ya se configuran
como empresas (clubes privados
para la práctica del deporte,
gimnasios, centros organizadores
de competiciones, etc.)
Soluciones existen. Y algunas han
sido valoradas y rechazadas por la
administración, como una
modificación de la Ley del
Voluntariado, estableciendo una
cantidad mínima exenta
(carencia), a partir de la que ya se
considere relación laboral en todo
caso (por ejemplo 150 € al mes); o
calificar como no trabajador de
club, sino voluntario el que cumpla
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