nº 1 -Boletín Oficial FEDDF 2 - BOLETIN FEDDF ABRIL 2015 | Page 25

BOLETÍN ELECTRÓNICO “ FEDDF: PASIÓN POR EL DEPORTE” PRIMER LIBRO. LA GÉNESIS DE PIETRO. Por Francisco Bartoll Capítulo Primero. Capítulo Segundo. Pietro bajaba las escaleras de dos en dos. Con el pensamiento ya habría llegado, pero ni con sus pri- sas lograba conseguir que el tiempo transcurriera más rápido hasta llegar a su destino. Pietro era el típico italiano. Odiaba cualquier plato de la cocina italiana no elaborado por un compatriota suyo. Alto y delgado destacaba por su prominente nariz, disimulada en parte por su abundante pelo ne- gro rizado. La larga escalinata que descendía desde la iglesia hasta la plaza del pueblo, con anchos peldaños me- dio destrozados por el paso del tiempo y redondea- dos en su punto final, era su camino habitual. Desde su casa hasta la oficina de correos debía pasar for- zosamente por ese escenario que, en realidad, co- municaba la parte alta de la villa con el espacio lúdi- co y comercial, concentrado casi en su totalidad en tres amplias manzanas de casas. Arriba, además de la Iglesia, se elevaban muy pocas viviendas dispersas y rodeadas de mucho espacio, dedicado mayoritariamente a jardines y huertos. Pietro nació en Nápoles pero a sus 38 años había vivido más tiempo en Valderas que en su tierra de nacimiento. A diferencia de Nápoles, Valderas era un pequeño pueblo en la costa mediterránea, en el sur de la península ibérica. No tenía apenas quinien- tos habitantes. Pero la clemencia de su clima y la tranquilidad que se respiraba en la población, su- plían ampliamente la ausencia de ciertas comodida- des que comporta el hecho de residir en una ciudad. A Valderas llegó con 17 años cuando fallecieron sus Resoplando llegó a la oficina de correos. Respetó el turno de atención, que se establecía por riguroso orden de llegada a la oficina y no separó su vista del empleado de la oficina; de Fabián. Fabián era la wikipedia del pueblo. Además de cono- cer perfectamente la correspondencia de todos sus habitantes, gozaba de una extraordinaria imagina- ción. Y su locuacidad acompañaba la perfecta ecua- ción que daba lugar al "entrañable" sabelotodo sobre la vida y hechos de sus conciudadanos. Pietro- Hola Fabián. ¿Ha llegado ya el sobre? Fabián- Hombre Pietro... Por fin tienes aquí tu sor- presa. Por cierto la he pesado y tienes que abonar 38 euros con setenta y dos céntimos. Ahora cuando lo abras ya me abonas el importe. Pietro- Pues la verdad, Fabián, ya había pensado en abrirlo en casa para que no se vierta ni un gramo de su contenido. Toma 50 euros. Fabián refunfuñando- El cambio. Son 10 euros con veintiocho céntimos. Ya me dirás, ¿no? Pietro sonriendo- ¡Por supuesto! Muchas gracias. Hasta luego. Pietro salió ligero de la oficina de correos sin fijarse en nada más que en la dirección a su casa, agarran- do con fuerza el paquete recibido. padres. Su tía Herminia, hermana de su madre, era el único familiar que tenía. Se desplazó con todos sus enseres y se estableció en casa de su tía. En Valderas cursó sus estudios primarios y ... poca co- sa más. Por correspondencia intentó seguir un curso de gestión contable y laboral de empresas, pero no llegó ni a examinarse. Con el fruto de la venta de la casa de sus padres de Nápoles y con la holgadez que gozaba derivada del patrimonio de su tía Herminia, podía permitirse vivir dignamente, en los cauces que se había marcado. Su nivel de gasto no era ni mucho menos elevado. Al contrario, era una persona parca en actividades sociales y no se movía en ambientes taciturnos. A la tasca del pueblo había acudido en contadísimas 25