BOLETÍN ELECTRÓNICO “FEDDF” PASIÓN POR EL DEPORTE
POR JOSÉ ALBERTO ÁLVAREZ
Presidente FEDDF
H
ace unas semanas, tuvimos una interesante reunión
convocada por el Comité Paralímpico Español para debatir
la terminología más adecuada a la hora de definir el deporte…
bueno, vamos a dejarlo en el deporte que practicamos en
federaciones como la nuestra. Este debate, enmarcado en la
elaboración de contenidos del Libro Blanco que se está
redactando, contó con representantes de Federaciones
Españolas, CPE, CERMI, Fundación Fundéu, medios de
comunicación y expertos en la materia del ámbito universitario y
docente.
reglamentos - doble bote en pádel o tenis…- o dimensiones
terrenos de juego -pista de bádminton para clases de silla
ruedas-. Precisamente el porqué de su utilización, lo
convertido en un concepto (deporte adaptado), que medios
comunicación e instituciones públicas asocian al deporte
personas con discapacidad, sin valoración negativa al respecto.
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Otro planteamiento alternativo fue el término “deporte inclusivo”
entendido, tanto en la integración en estructuras federativas de
deporte para todo tipo de destinatarios, como en su faceta
educativa.
Sobre la mesa, se barajaban varios conceptos sobre los que
trabajar para resolver la prevalencia de uno de ellos como
indicativo del movimiento deportivo que nos rodea: deporte
paralímpico, deporte adaptado, deporte para personas con
discapacidad y deporte inclusivo. En definitiva, se pretendía distinguir cuál podría ser el concepto
sobresaliente que englobara a los demás, sin embargo,
acordamos que lo ideal sería una sana convivencia entre todos,
aplicando cada uno de ellos al contexto adecuado.
Cada interviniente expuso las consideraciones y opiniones que
mejor reflejaban el desarrollo de su actividad deportiva y, a
expensas de saber las conclusiones del gabinete de expertos que
conoceremos en unos meses, llegamos a la conclusión de que con
un idioma tan rico y variado como el nuestro era difícil
supeditarlo todo a un término. Al finalizar la reunión, lo que sí quedó claro es que esta
adjetivación corresponde al deporte en sí, que no a sus
protagonistas, los deportistas. En este sentido, al unísono
recordamos el mensaje de nuestro querido Juan Palau, todos los
deportistas hemos sido, somos y seremos “deportistas… sin
adjetivos”.
Convenimos que el concepto “deporte paralímpico” debe hacer
mención a los deportes y deportistas que participan en unos
Juegos Paralímpicos, pues, extenderlo a niveles de competición
inferiores sería devaluar esa máxima expresión de la competición
que son los Juegos, ya sean de verano o de invierno. Incluso el
Comité Paralímpico Británico en los Juegos de Londres, definía a
los deportistas como paralímpicos, promesas paralímpicas -
aquellos con opciones de entrar en un ciclo de preparación con
vistas a los siguientes Juegos- y paralímpicos retirados -para los
que lo habían sido y siempre mantendrán su estatus-, en
cualquier caso, todos relacionados con la cita paralímpica.
Entidades como el CERMI consideraban que la expresión más
adecuada era “deporte para personas con discapacidad”,
enfatizando en la palabra “persona” y dejando al margen el
término “deporte adaptado” por las connotaciones negativas
asociadas a la falta de accesibilidad en muchos campos. Sin
embargo, esta dicción es la primera expresión que define nuestras
Federaciones Españolas y que se contempla en la Ley del Deporte.
En el ámbito federativo no entendemos el término “adaptado” en
esa línea de razonamiento, sino más bien en las adaptaciones que
precisamos a nivel de material -sillas de ruedas por ejemplo-,
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