nº 1 -Boletín Oficial FEDDF 10 - BOLETÍN FEDDF - ABRIL 2017 | Page 5

BOLETÍN ELECTRÓNICO “FEDDF” PASIÓN POR EL DEPORTE POR ANTONIO CORBALÁN Arquitecto En los edificios deportivos, pero también en los culturales o en salas de aforos superiores, la distribución de los espectadores y la solución para distribuir a un gran aforo, forma parte del momento cero que todo buen diseñador debe contemplar nada más coger el lápiz. Soluciones, en realidad, no hay muchas, ya que desde que los romanos construían sus teatros en las faldas de las colinas cercanas de sus ciudades, la cosa está más o menos clara: graderío para visualizar adecuadamente y asientos en esos graderíos, para poder estar cómodo durante un periodo de tiempo más o menos largo. El Consejo Superior de Deportes, en las condiciones de diseño de salas y pabellones, ya exige la ubicación en gradas en las salas y pabellones deportivos, trasladando a la normativa general, las condiciones específicas para su construcción. Ya desde la antigua Roma, se consideraba la posibilidad de que hubiera una emergencia y se tuviera que evacuar el edificio de forma rápida y ordenada. Hay estudios que comparan la rapidez con la que se podía evacuar el Coliseo de Roma con cualquier estadio moderno de unas olimpiadas y las conclusiones de esos estudios son que, con un aforo comparable, el Coliseo de Roma evacuaba antes que el estadio moderno, por diferencia de unos pocos minutos. Resumiendo todas las prestaciones que un buen graderío debe tener, como la de visualizar correctamente, estar cómodo, estar seguro y poder disfrutar de un espectáculo, podemos concluir que “la solución” está más o menos clara desde hace miles de años y que la tecnología y desarrollo de las construcción y las estructuras, ha permitido variar algunas prestaciones sobre estos grandes aspectos básicos. Sin embargo, cuando entra un nuevo valor en juego, como la inclusión de las personas con diversidad funcional, la cosa empieza a estar en crisis. Los romanos no contaban con las personas con capacidades diferentes a la hora de diseñar los edificios y por extensión de una tradición milenaria, durante mucho tiempo, tampoco se hizo en nuestra sociedad hasta que a principio de los años 80, se comenzó a guardar un pequeño reducto, residual, en algún estadio de Gran Bretaña para ver el fútbol, que utilizaban personas usuarias de sillas de ruedas. Al principio, no tenían ni con qué cubrirse y, hasta que no hubo una normativa, que fue mejorándose con el paso de los años, no se reguló y construyó en una condiciones mínimamente aceptables. No voy a describir las condiciones de accesibilidad y seguridad que se exigen ahora para los graderíos, ya Desde este primer periodo de graderíos, sobre todo de espacios acotados con los teatros romanos, confluyeron también otras necesidades. Por ejemplo, que un sector del público diferenciado, como las autoridades, se ubicaran en zonas destacadas donde la visibilidad era mejor y se obtenía una posición ventajosa. Los teatros, además disfrutaban de una acústica envidiable que aún conservan sus ruinas, lo que constituye el reconocimiento de unos arquitectos realmente buenos en aquella época. 5