vez más como se los exige el públi-
co, incursionando en productos que
nada tienen que ver con las pastas
frescas. Puede ser que otras fábricas,
ubicadas en barrios no tan comer-
ciales, que se manejan con 2 ó 3
empleados, les cierre el esquema de
solo elaborar los productos clásicos,
algo que también es muy envidiable
para aquellos que amamos la pasta,
pero es el mercado el que determina,
no nosotros.
Así finalizaba la entrevista en La
Primavera, donde además percibi-
mos un gran entusiasmo en su gente
por mostrarnos la tarea que desa-
rrollan con sus manos día a día y con
mucho orgullo.
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