La casa de los azulejos:
Era uno de los centros de reunión más exclusivo de la
elite porfiriana. En 1919 la Casa de los Azulejos cambió
de nuevo su uso para albergar ahora los almacenes de los
hermanos Walter y Frank Sanborn que tras dos años de
restauración ahora ofrecían en ese lugar un concepto
comercial inédito en México al adecuar a la construcción
existente una fuente de sodas, un restaurante, tienda de
regalos y revistas, una farmacia y una tabaquería entre
otros servicios, que desde su inauguración se convirtió
en un rotundo éxito comercial y con el tiempo en una de
las tiendas y posteriormente cadenas comerciales más
características de México.