La catedral de México:
La Catedral de México representa, como las demás catedrales de
América, la continuación de la serie magnífica de catedrales
españolas. Su parentesco no es simplemente el que implica una
semejanza de conjunto. Viene de más hondas raíces: al ser construida,
sus autores tuvieron presentes las catedrales españolas que habían sido
edificadas antes. La idea primordial fue construir una catedral
semejante a la de Sevilla y aun parece que el templo fue trazado así,
pero tan loca ambición por grandiosa, era desproporcionado: el
arzobispo Montufar hubo de contentarse con edificar un templo
semejante a la catedral nueva de Salamanca o la de Segovia. Su
estructura es muy parecida a la de estos últimos templos, pero también
influyó no poco la de Jaén.