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María Izquierdo: el arte y la vida misma

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María Cenobia Izquierdo Gutiérrez se recuerda por haber llegado a ser la pintora mexicana que tuvo la oportunidad de exponer sus obras en el extranjero. Fue en el año de 1930, donde ella presentó dentro del Art Center de Nueva York, un mérito el cual se debe reconocer, entre muchos otros. María Izquierdo era una gran artista, ella tenía una peculiar actitud ante el arte y la vida, por eso y más se convirtió en un ícono de la cultura mexicana.

Octavio dijo que el realismo de María Izquierdo no era el de la historia sino el más real: el de la leyenda: “es una evocación, filtrada por su sensibilidad, de su infancia y de la poesía rústica de los pueblos del Centro y del Occidente de México. Antigüedad viva”. (Paz, 2002).

A su vez agregó: “es una obra hecha más con el instinto que con la cabeza, pura, espontánea y fascinante como una fiesta en la plaza de un pueblo pequeño. Interiores y naturalezas muertas en las que las cosas se asocian conforme a las leyes no de la geometría sino de la simpatía, es decir, de la magia afectiva”. (Ídem).

Parecía una diosa prehispánica. Un rostro de lodo secado al sol y ahumado con incienso de copal. Muy maquillada, con un maquillaje antiguo, ritual: labios de brasa; dientes caníbales; narices anchas para aspirar el humo delicioso de las plegarias y los sacrificios; mejillas violentamente ocres; cejas de cuervo y ojeras enormes rodeando unos ojos profundos. El vestido era también fantástico: telas azabache y solferino, encajes, botones, dijes, aretes fastuosos, collares opulentos […] Pero aquella mujer con aire terrible de diosa prehispánica era la dulzura misma. Tímida, íntima. (Ídem).

Una obra perfilada a la ejecución más que en la academia, fue la causante de que ella encontrara su versión propia. María Izquierdo definió un estilo personal alejado de la ortodoxia de la pintura nacionalista mexicana, a pesar de su sencillez en el trazo y la ingenuidad en la composición, sus cuadros tienen una densidad inquietante y una fuerte dosis de misterio. En vida Izquierdo expuso en muchos museos y galerías de México, Paris, Tokio, Bombay, entre otras ciudades.

Por: María Inés Luevano Mercado

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