Como consideraban estas actividades paganas y también trataban de evangelizar a los indígenas movieron la celebración del noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto; al 2 de noviembre un día después de la festividad de la iglesia católica conocida como el Día de todos los Santos y Todas las Almas, en dónde se honra a todos los santos del cielo que han sido declarados así por el Papa. Existen rumores de que el papa que ordenó dicha celebración en el año 835, Gregorio IV, como una respuesta a las fiestas paganas que se celebraban en esas épocas; y si nos ponemos a pensar un poco… tal vez no es coincidencia la cercanía entre esta fiesta de la iglesia y el conocido Halloween.
Después del Día de todos los Santos y Todas las Almas viene por fin la celebración del día Fieles Difuntos, mejor conocido como el Día de Muertos en dónde se supone que el fin es rezar por los difuntos que eran fieles a la iglesia católica, pero en realidad el objetivo se ha ido perdiendo ya que en lugar de hacer esto y creer que el ser querido se ha marchado a una vida mejor y ha dejado de una vez por todas la vida terrenal, muchos están convencidos de que los muertos regresan al mundo para poder disfrutar de lo mundano por unas horas. Todo esto nos lleva a otra parte de esta cultura que esta igualmente protegida por la UNESCO, las ofrendas. Las ofrendas a los difuntos se ponen en altares construidos especialmente para la persona y se adorna con flores típicas de la temporada, papel picado y otras cosas dependiendo el tipo de ofrenda; sin embargo, no puede faltar la comida favorita del difunto, algunas veladoras, las calaveritas y cosas que representan a quien quieren honrar con la ofrenda.
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