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EL MODELO ATÓMICO DE DALTON John Dalton (1766- 1844) fue un químico y físico británico al que le debemos la formulación moderna de la teoría atómica. Fue el primero en publicar una tabla de pesos atómicos relativos con seis elementos: H, O, N, C, S y P, atribuyendo convencionalmente al átomo de hidrógeno el peso de una unidad. Su modelo atómico permitió explicar por qué reaccionan los elementos químicos en determinadas proporciones. Postuló, en primer lugar, que toda la materia está hecha de pequeñas partículas indivisibles llamadas átomos, que él imaginó como «partículas sólidas, macizas, duras, impenetrables y móviles». Además, propuso que los átomos de un mismo elemento tienen todos la misma masa y las mismas propiedades, pero son diferentes de los átomos de los demás elementos químicos. También postuló que los átomos se combinan para formar compuestos en relaciones numéricas simples (por ejemplo, dos átomos de hidrógeno con un átomo de oxígeno forman agua) y que los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y formar más de un compuesto. Por ejemplo, el carbono y el oxígeno pueden reaccionar en la proporción 1 : 1 originando monóxido de carbono o en la proporción 2 de O: 1 de C, dando lugar al dióxido de carbono. Dalton padecía un defecto visual que estudió en profundidad y describió en una publicación de 1794 titulada Hechos extraordinarios relacionados con la visión de los colores, en la que sentó las bases de lo que posteriormente se ha denominado “daltonismo”. En 1995, un análisis del ADN de las células de sus ojos demostró que padecía una forma rara de esta ceguera al color. EL ORIGEN DE LA VIDA En 1924, el ruso A. I. Oparin (1894-1980) postulaba que la vida se había originado de forma progresiva, a partir de compuestos orgánicos sencillos, como los aminoácidos, formados en la atmósfera primitiva a partir de metano, hidrógeno y amoníaco, gracias a la radiación ultravioleta y a los relámpagos. Estos aminoácidos, depositados por la lluvia sobre las rocas calientes, comenzaron a formar proteínas, que se acumularon, posteriormente en mares y océanos templados. Las proteínas comenzaron a formar glóbulos, que él denominó coacervados, encerrando en su interior polisacáridos y otras moléculas orgánicas, lo que pudo dotar a estas estructuras de un metabolismo básico. Serían los primeros protobiontes. Posteriormente, en 1953, el estadounidense Stanley L. Miller (1939- 2007) probó la hipótesis de Oparin recreando las condiciones de la atmósfera primitiva y logró sintetizar varios aminoácidos y nucleótidos: los ladrillos básicos de las proteínas y de los ácidos nucleicos, respectivamente. Desde entonces, los datos nos indican que la vida probablemente comenzó hace unos 3.800 millones de años, sólo 700 millones de años después de la formación de nuestro planeta, a partir de moléculas orgánicas más sencillas, que fueron organizándose progresivamente para formar otras más largas y complejas, algunas de las cuales, como el ARN, pudieron ser capaces de catalizar reacciones químicas, almacenar información y hacer copias de sí mismas, según el premio Nobel Walter Gilbert (1932). A partir de estos compuestos orgánicos complejos pudieron originarse sistemas biológicos que combinaban tres características fundamentales: un compartimento, un metabolismo básico (que permitía intercambiar materia y energía con el entorno) y una molécula con información genética (probablemente el ARN). Estos sistemas biológicos podrían ser considerados las primeras células primitivas, pues ya tenían capacidad para auto-mantenerse y auto-reproducirse. A partir de ellas, la evolución por selección natural originaría una especie unicelular más compleja denominado LUCA (Último Ancestro Común Universal, en inglés), que fue el antepasado del que deriva toda la biodiversidad actual.