Mundo Natural Enero 2014 | Page 8

¿Hay Relación entre el Consumo de Refrescos y la Obesidad? La obesidad, se ha erigido como un problema de salud pública en la República Mexicana, y el aumento de enfermedades y trastornos desencadenados por este fenómeno, ya ha llevado a las autoridades a idear estrategias para detener el sobrepeso de los mexicanos que parece estar aumentando de forma descontrolada, comenzando en la infancia a edades muy tempranas. Se ha dicho que para tratar de frenar el avance de la obesidad, como parte de la reforma fiscal propuesta por el Ejecutivo Federal, se incluye un impuesto por este concepto, que pretende gravar el consumo de refrescos y bebidas azucaradas en nuestro país, desestimulando su consumo por el aumento de precio. Sin embargo ante el anuncio de esta propuesta, inmediatamente se alzaron diferentes voces tanto para frenar la medida o para avalar la decisión. Los empresarios embotelladores de cocacola en México, inmediatamente protestaron argumentando que la obesidad, que supuestamente se desea evitar en la población mexicana, no se erradicará con un impuesto, puesto que el consumo de calorías por el consumo de refrescos representa sólo un 1% de la ingesta diaria de calorías del mexicano, sin explicar cómo llegaron a esa conclusión. También, aseguran que la obesidad es un problema que obedece a múltiples factores, y que no se puede culpar tan sólo a los refrescos de ello. Por otro lado, las organizaciones que avalan la aprobación de dicha propuesta dicen que los intereses de la industria refresquera son sólo económicos y que poco les importa la salud de los consumidores y que la medida es buena. Pero fuera de los intereses de uno y otro grupo, vale la pena cuestionarnos seriamente si únicamente el consumo de refrescos puede ser el culpable del estremecedor aumento del sobrepeso en niños y adultos mexicanos. Una cosa es cierta, los carteles publicitarios, la televisión, la publicidad por internet, por radio y en medios impresos tienen muchos años promoviendo el consumo de cocacola, refrescos de sabores, jugos de bote, frasco y cajita, tés azucarados o no azucarados e infinidad de bebidas industrializadas que la población adquiere porque cree que es una ganga comprar una botella de dos litros de refresco a un costo tan bajo (entre 10 y 15 pesos). Seguramente el cambio de hábitos en la forma de vida de la gente, motivados por la era de la modernidad y por la cómoda costumbre de regirse por la “ley del menor esfuerzo” que invita a mirar la televisión, permanecer frente a una computadora o una consola de videojuegos durante largas horas, optar por comprar comida preparada o salir a comer al restaurant, al puesto de tacos o hamburguesas, pasar por el auto-servicio de los negocios de comida rápida o pedir por teléfono una pizza o unas tortas, que son ahora signos de la vida actual, sea lo que realmente está causando el aumento de peso de niños y adultos.