Mundo Natural Enero 2014 | Page 4

(Segunda parte. Conclusión) Si al acumulador del coche no le ponemos las placas y los líquidos adecuados y en lugar de gasolina lo llenamos con petróleo, la máquina encenderá mal, o no arrancará, o se echará a perder a corto plazo. Entonces, la gasolina adecuada al organismo humano es el alimento racional. Y que en esta región, colosalmente carnívora, se advierta que la carne acidifica y lleva al cáncer. Peor por las hormonas que se usan para que el ganado crezca, engorde o abunde en sebo y grasas. Cuando el cuerpo empieza a cancerar, es un fenómeno integral. Es todo el organismo. Claro que las células que se afectan mayormente, son las de los órganos que tienen menor circulación. En el cuerpo femenino ovarios, matriz y senos, en el varón el cuello, la cintura, la próstata y los testículos. El cáncer pues, en el naturismo no es una enfermedad, es un proceso degenerativo por mala alimentación. No se debe a un ataque microbiano, es simple consecuencia de una equivocada alimentación. Nuestro cuerpo para vivir en salud, debe recibir oxígeno y dieta cargada de electromagnetismo. Comer lo que lo tiene y darse, de vez en cuando, un buen gusto de sabores, pero no hacer hábito de lo que no nos da energía ¿De dónde podemos mantener el equilibrio vital? De lo que comemos, pensamos, amamos y respiramos. Cada alimento tiene una carga que se dirige a nuestros diversos órganos, especialmente las frutas hablan el idioma vivo para el organismo. Es la cadena indefinible de la vida. Si esto falla, nuestro cuerpo no puede reponer sus células muertas con células vivas y vigorosas. Hay que comer lo que nos da energía y respirar el oxígeno puro, en lo posible. ¿Ya analizó usted alguna vez lo que habitualmente come? Actualmente la prisa no permite hacer comida hogareña. La dieta es de alta velocidad. Se recalienta en un horno de microondas, se mastica mal y sin descanso para la digestión, se sigue la vertiginosa carrera a la meta cancerígena. ¿Qué energía recibe así el cuerpo? Pues la que puede exprimir de los cadáveres que le hacemos ingerir, de una corta o larga refrigeración. Si al ganado vacuno o porcino lo alimentamos con comida industrial, a los 3 o 4 días empieza decaer y si lo abrimos en canal, hallaremos tumorados sus interiores. Es que ese alimento no le da vida. Necesita pastura y libertad en el campo. El habitante urbano de estos días, desayuna, come, cena y “pica” en el coche, en la esquina, en el bar, en la oficina o en la taquería. En fin, hay que sentir “la barriga llena y el corazón contento”, con total olvido de que su cuerpo necesita reponer su electromagnetismo. Luego cura su gastritis y dolor biliar con un antiácido de moda, y adelante. Después empieza a quejarse de regurgitación, acidez estomacal, úlceras, cansancio, insomnio, sangrados. ¿Hay razón de ese reclamo? Volviendo al tema, el cáncer es una anemia generalizada del cuerpo, porque lo que come no le reporta el electromagnetismo que el ser necesita para renovar sus tejidos y fisiología. Es entonces una anemia que lleva a una histología en déficit y que se elimina si le damos la correcta reposición. Un dato ilustrativo: allá en Francia, en la época de los Luises, la gota era la enfermedad de los reyes. No sabían que los monarcas comían carne en exceso que les producía un alto índice de ácido úrico y los ponían gotosos. Ahora, el abuso de la dieta industrial tiene a la población con el espantajo del cáncer en su cabecera, y la curación usual difícilmente lo detiene, porque es acidificante. Es impactante que niños de primer septenario tengan cáncer cuando todavía no han gastado las energías embrionarias de su progenitora. Nuestro cuerpo cambia totalmente cada 7 años. Si lo queremos sanar, de lo que sufre, hagamos naturismo 7 años y hasta el final. Claro que no es fácil, porque frente a una terrible migraña, es mejor encerrarse con los analgésicos que hacerse una limpieza intestinal. Pero solo es cosa de madurez espiritual. Y como el humano es un ser de hábitos, que están en