MUJERES LUNARES
Colectivo
I. Diagnóstico
E
n México, el problema de la violencia en
contra de la mujer se agrava, sin que exista
un verdadero esfuerzo por parte de las auto-
ridades o de la sociedad misma para desnor-
malizarla. El “Estudio de la implementación del
tipo penal de feminicidio en México: Causas y
consecuencias 2012 y 2013” y el Observatorio
Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF)
señalaron como los estados con mayor inci-
dencia en feminicidios a Chiapas, Chihuahua,
Ciudad de México, Guerrero, Jalisco, Estado de
México, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
En Puebla, solo en los primeros tres
meses de este año, ya se habían registrado 28
feminicidios. A pesar de que las cifras indican
un crecimiento alarmante en el nivel de violen-
cia contra la mujer en la entidad, el gobierno
del estado se ha negado a emitir una Alerta de
Género.
Si se entiende al asesinato de una mujer,
como el punto final de un esquema de violencia
que debe haberse desarrollado durante un tiem-
po, nos encontramos con que el país está sumido
en un contexto alarmante de violencia constante
en contra de la mujer. De hecho, según datos
del Instituto Nacional de las Mujeres, en 2014,
el 47% de las mujeres en México mayores de
15 años, habían sufrido algún tipo de violencia
(física, sexual, emocional o económica).
II. Identificación del problema
La violencia en contra de la mujer tiene dos ver-
tientes importantes en el contexto mexicano. Por
un lado, existen actitudes en extremo arraigadas
en la cultura, por lo cual se vuelve complicado
para la mujer identificar si está siendo víctima
de violencia y sacarlo del contexto en el que se
encuentra; por otro, la violencia causa aislamien-
to, por lo que es muy complicado lograr que
una mujer que la vive día con día, pueda llegar a
denunciarlo (salvo casos muy extremos).
Aunado a ello, este tipo de violencia es
identificado como característico de un sector
muy limitado de la sociedad, lo que invisibiliza
la gran variedad de casos y expresiones de violen-
cia que existen en realidad.
III. Objetivos.
Primarios:
a) Combatir el aislamiento de mujeres a través
de redes en las que se sientan seguras para com-
partir sus experiencias.
b) Identificar conductas violentas o de abuso en
los diferentes contextos de las mujeres partici-
pantes.
c) Visibilizar la enorme cantidad de mujeres que
sufren o han sufrido algún tipo de abuso sexual.
Secundarios:
a) Brindar un espacio de catarsis a las mujeres
involucradas en el proyecto.
b) Demostrar que no hay estratos de la sociedad
exentos de abusos.
c) Darle una diversidad de caras y cuerpos a
las víctimas, que de otra manera permanecen
escondidas.
d) A través de los proyectos artísticos, provocar
empatía en los espectadores, para abrir el
panorama y generar una reflexión al respecto.