biernos del Movimiento Na-
cionalista Revolucionario
(MNR) inició una etapa de
dictaduras y neoliberalismo
que culminó con la llegada
del primer presidente indí-
gena de la historia del país
al Palacio Quemado.
Evo, aymara nacido en
una pequeña comunidad
pastoril del departamento
de Oruro vivió todas las pe-
nurias de su raza: xenofo-
bia, exclusión, hambre, in-
cluida la muerte de cuatro
de sus hermanos a causa de
la pobreza. La migración
por razones económicas lle-
vó a su familia hacia el Tró-
pico de Cochabamba. La
zona cocalera prometía un
futuro. Lo que no imagina-
ban es que Morales se con-
vertiría en líder de los po-
derosos sindicatos que cul-
tivaban la sagrada hoja de
coca, una federación de
fuerte carácter anticapitalis-
ta, anticolonialista y antiim-
perialista.
Desde esa base local, de
manera impensada, con
ñas sucias y falsas noti-
cias un presidente en el
siglo XXI pueda comple -
tar casi dos décadas de
mandato, está en la
economía.
«Es la economía,
estúpido», fue el leit-
motiv de la campaña
que llevó a Bill Clinton
a la presidencia de los
Estados Unidos en
1992. George Bush
parecía dirigirse sin
oposición hacia la re-
elección. Sin embargo,
la campaña demócra-
ta en torno a la rece-
sión que afectaba al país
terminó inclinando la balan-
za. Desde entonces, esa fra-
se es el botón de muestra
sobre el valor de la econo-
mía para decidir el voto. Y
Bolivia, en 2019, parece no
ser la excepción.
Paradójicamente, esta
fortaleza que hoy ostenta el
llamado Modelo Económico
Social Comunitario P roduc-
tivo, elogiado incluso por
organismos internacionales
una plataforma que incluía
la nacionalización de los hi-
drocarburos para refundar
Bolivia, Evo se convirtió en
el presidente con más tiem-
po en el cargo en la histo-
ria de este convulsionado
país, que incluye en su his-
toria tres guerras perdidas
(Pacífico, Acre, Chaco) que
ocasionaron quebrantos te-
rritoriales -económicos y,
obviamente, en la autoesti-
ma.
Solo dos mandatarios
pueden compararse en esta
continuidad en el ejercicio
del poder: el Mariscal An-
drés de Santa Cruz, consi-
derado como el San Martín
boliviano, quien dirigió los
destinos de la incipiente
nación entre 1829 y 1839;
y el histórico líder del MNR,
Víctor Paz Estenssoro, quien
ejerció cuatro veces la pre-
sidencia, pero en períodos
salteados, completando 12
años de mandato.
La respuesta a que en
tiempos de redes socia-
les, inmediatez, campa-
Los números del gobierno de Evo
Los datos para 14 años de estabilidad
son contundentes. Veamos algunos
indicadores sociales y económicos.
- Producto Bruto Interno (en millones de
dólares): 9.574 (2005) a 40.574
(2018)
- Inflación acumulada anual (en porcen-
taje): 4,9 (2005) a 1,5 (2018)
- Reservas internacionales netas (en mi-
llones de dólares): 1.714 (2005) a
8.946 (2018)
- Tipo de cambio (peso boliviano por
unidad de dólar): 8,08 (2005) a 6,96
(2018)
- Inversión pública (en millones de dó-
lares): 629 (2005) a 4.458 (2018)
- Deuda pública externa (en porcentaje
del PBI): 51,6 (2005) a 25,1 (2018)
- Ahorro en el sistema financiero (en
millones de dólares): 3.826 (2005) a
27.121 (2018)
- Salario Mínimo Nacional (en dólares):
54 (2005) a 300 (2018)
- Diferencia entre más ricos y más po-
bres (en veces): 129 (2005) a 39
(2018)
- Pobreza extrema (en porcentajes): 38,2
(2005) a 15,2 (2018)
- Pobreza moderada (en porcentaje):
60,6 (2005) a 34,6 (2018)
- Desempleo abierto urbano (en porcen-
taje): 8,1 (2005) a 4,3 (2018)
- Esperanza de vida (en años): 64 (2005)
a 73 (2018)
- Índice Gini (cuanto más cerca del 0
mayor igualdad): 0,60 (2005) a 0,46
(2018)
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y economistas ortodoxos,
era, para los que siempre
detentaron el poder, lo que
eyectaría a rápidamente a
Morales de la presidencia.
Recordemos: Evo Mora-
les ganó por abrumadora
mayoría las elecciones pre-
sidenciales del 18 de di-
ciembre de 2005 convirtién-
dose así en el primer indí-
gena en asumir ese cargo.
Ante la elocuencia de las
urnas la derecha racista,
colonial y capitalista de Bo-
livia hizo una apuesta. Im-
posibilitados de ignorar
el histórico 53,7 por cien-
to de los votos augura-
ron: «Dejemos al Indio
gobernar seis meses, la
economía se desplomará
y volveremos nosotros».
Casi tres lustros después
Bolivia es un ejemplo de
economía pujante que
transformó un país exclu-
yente, formateado por las
elites blancoides en la se-
gregación de sus mayorías,
en un país incluyente.
Y todo eso, para ejem-
plo hacia el resto del conti-
nente, tiene un nombre
como referencia insoslaya-
ble para la historia futura:
Juan Evo Morales Ayma.