plantea el ministro argenti-
no es exactamente lo que él
dice: Un acuerdo estructu-
ral, que estructura una nue-
va inserción de nuestros
países en el mundo.
Alguno puede decir que
lo nuestro es demasiado
desconfiado. Y en realidad
lo que viene de la Unión Eu-
ropea ratifica nuestra des-
confianza, pero además la
Comunidad Económica Eu-
ropea ya ha firmado acuer-
dos con Canadá, con Chile,
con Perú y con Ecuador; y
todos tienen esas cláusulas.
¿Entonces por qué razón
van a cambiarlas? Por otra
parte, son las mismas que
se están discutiendo en los
acuerdos entre el Mercosur
y el EFT A, y otros países
como Canadá. Son lo que
se llama acuerdos de libre
comercio de nueva genera-
ción. No son solo tratados
de comercio, sino que
estructuran planteos como
el de la OMC, como el
acuerdo de facilitación de
inversiones, que significan
bajar todas las regula-
ciones para la apertura
de las inversiones.
Pensemos que la Comu-
nidad Económica Europea
es el segundo inversor ex-
terno en el mundo. Enton-
ces, decir que una empresa
de servicios de Argentina o
de Brasil puede competir de
la misma manera que una
empresa de servicios de es-
tos países nos parece erra-
do.
La sardina y el
tiburón
Otro tema que vale la
pena analizar: Los comuni-
cados de la Cancillería ar-
gentina a los que tuvimos
acceso plantean que no hay
innovaciones respecto de
las inversiones públicas. Sin
embargo, el comunicado de
la Unión Europea plantea:
«Mercado públicos: Por pri-
mera vez en su historia los
países del Mercosur abren
mercados públicos a empre-
sas europeas de inversiones
en servicios». O sea, noso-
tros también podríamos ir a
competir en servicios. Por
ejemplo, si se pone a com-
petir los servicios de trans-
porte fluvial o marítimo,
nosotros en Argentina ¿po-
demos competir en ese
rubro? Estamos comparan-
do cosas muy disímiles. Es-
tamos comparando una
integración entre una
sardina y un tiburón.
Ellos ponen ejemplos
concretos: Una empresa ita-
liana podrá competir en
igualdad de condiciones en
el concurso para construir
una ruta. Si alguien le en-
cuentra alguna similitud con
los PPP (P royectos de Parti-
cipación Pública Privada)
con el que se quiere hacer
la obra pública acá en Ar-
gentina, es pura coinciden-
cia. Pero todo termina en
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detrimento hasta de la ca-
pacidad de regulación. Y
eso no lo dice el comunica-
do de la Cancillería argen-
tina, lo dicen desde la Unión
Europea.
Jean Claude Juncker,
que es el presidente de la
Comisión Europea, plantea
que esto va a abaratar en
aranceles 4.500 millones
de dólares para los paí-
ses de Europa. Y el cál-
culo es que para el
Mercosur son sólo 400
millones.
Nosotros nos vamos a
especializar en exportar