Una masacre incomprensible, el encubrimiento cómplice de los efectivos de la Bonaerense para desviar la
investigación, amenazas e intentos de soborno a testigos y dos interrogantes: ¿quién dio la orden de
disparar contra los chicos? ¿Por qué? Una hipótesis que cobra fuerza a partir de dos testimonios de
identidad reservada, muestran la connivencia entre fuerzas de seguridad y narcotráfico, con protección
política.
Un texto imperdible de nuestro compañero Mauro Federico
(Cuadernos de Campaña, apuntes de trinchera en
un año electoral // puenteaereodigital.com)
La trama narco en la
masacre de Monte
San Miguel del Monte
tiene toda la apariencia de
una tranquilidad localidad
del interior bonaerense
donde nunca pasa nada. Sin
embargo, la masacre don-
de murieron cuatro jóvenes
tras una persecución crimi-
nal perpetrada por efectivos
de la Bonaerense que inclu-
yó disparos a mansalva y
una investigación desviada
para ocultar la verdad, ex-
puso un escenario donde
abundan policías corruptos
que protegen al delito orga-
nizado y atemorizan a la
población y un poder políti-
co cómplice de esta relación
connivente entre quienes
violan la ley y los que debe-
rían velar por su cumpli-
miento.
La historia no es ni
novedosa, ni reciente. En
2009 un llamado al 911
alertó cobre la existencia de
avionetas que descargaban
media tonelada semanal de
marihuana en diferentes
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campos ubicados a pocos
kilómetros del casco urba-
no de la ciudad. «Venían dos
veces por semana y dejaban
sus cargamentos para que
fueran transportados hasta
Capital Federal por camio-
netas fuertemente custodia-
das, muchas veces incluso,
arrojaban los paquetes des-