SWM RS 300 R 2020 21
E
se aire sueco viene ni más ni
menos de que la SWM RS 300
R está basada en el modelo
que Husqvarna lanzó en 2010 para
dar comienzo a esta categoría
intermedia capaz de combinar
agilidad y potencia. Lo cierto es
que con esta base, la SWM no es
una moto puntera en cuanto a la
tecnología se refiere ni tampoco
es una moto de espíritu racing,
pero no menos cierto es que se
trata de una moto bien hecha
que aprovecha la experiencia y la
fiabilidad de la moto que en su día
desarrolló la firma sueca y que tan
bien ha funcionado durante estos
años.
Con un diseño más que probado
y afianzado, la SWM RS 300 R
se desenvuelve muy bien en el
concepto de ser una moto de
prestaciones
muy
aceptables
pero sin ser una moto exigente y
crítica en pilotaje. Buena parte de
ello lo consigue el motor de 297,6
centímetros cúbicos que ofrece 36
CV de potencia (potencia que puede
ser limitada a poco más de 15 CV
para cumplir con las exigencias
legales para ser conducida con el
carnet A2 y medioambientales).
“El motor nos ofrece
36 CV, pero puede
ser limitada para
poder cumplir con
la normativa y ser
conducida con el A2”
Este propulsor monocilíndrico
aporta un empuje algo mayor
que el que aportaría un 250 pero
sin tener esa brusquedad que
suele caracterizar a los motores
de la categoría superior. De esta
manera, se consigue un tacto
muy positivo que permite llevar
la moto tanto en la parte alta del
cuentarrevoluciones en tramos
más abiertos como en la parte
baja del tacómetro para un uso
más lento y en zonas más lentas.
Tal vez en algunos de esos
momentos vendría bien algo más
de par en bajas, pero para pasar
por trialeras, zonas rocosas o de
obstáculos es más que suficiente e
incluso se agradece su suavidad y
facilidad para dosificar la potencia
y evitar problemas en especial
para el público general que lejos
de querer una moto radical y
rápida quiera una moto cómoda y
agradable.
El propulsor de la moto italiana
cuenta con inyección electrónica y
gracias a ello, cumple la normativa
Euro4, teniendo un consumo
declarado de 4,49 litros por cada
100 kilómetros recorridos. Otro de
sus puntos a favor es que cuenta
con arranque eléctrico, lo que
siempre es positivo sobre todo a la
hora de pilotar por trialeras y zonas
de baja velocidad y complicadas
en las que es fácil que la moto
se cale. A ello también ayuda
la caja de cambios cerrada con
seis marchas. La salida de gases
corre a cargo del colector que
en su tramo final se divide para
dar paso al doble silencioso, que
queda perfectamente integrado en
el subchasis teniendo una buena
protección frente a impactos.
Es en la parte ciclo donde la SWM
RS 300 R encuentra su principal
punto fuerte. El bastidor monotubo
de doble cuna de acero aporta
una estabilidad y un aplomo muy
interesantes en tramos rápidos,
ya sea en pistas o en circuitos de
motocross donde la moto también
se defiende muy bien. A la hora de
mantener ese aplomo sin penalizar
en otros campos buena parte
de la responsabilidad es de las
suspensiones, que vienen firmadas
por KYB, dando muestra una vez
más de la buena calidad de los
componentes de la moto.
Las suspensiones cuentan con
un ajuste equilibrado que permite
afrontar terrenos accidentados a
la vez que aguanta bien los saltos
y las frenadas fuertes. A partir de
ahí, cada uno puede ajustarlas en
dureza para que se inclinen hacia
uno de los dos lados de la balanza
en función de sus preferencias y
necesidades.
“Otro apartado
que destaca muy
positivamente es el del
freno delantero, que
firmado por Brembo
funciona a un nivel muy
bueno”
El otro punto fuerte de la RS 300 R
es el de la frenada y en este caso,
nuevamente
los
componentes
empleados en su montaje son los
responsables. La línea de freno está
fabricada por Brembo, contando
con una potencia que nada tiene