06 PRUEBA A FONDO |
KUZOJ MEDIA
A
simple vista, la nueva Kawasaki ZX-
6R es una moto totalmente renovada,
tanto en su estética como en su motor
y su parte ciclo. La moto japonesa se ha
visto influenciada en su desarrollo por su
hermana mayor, la laureada ZX10R que
tantas alegrías ha dado a Kawasaki tanto
en campeonatos nacionales como en el
Campeonato del Mundo de Superbikes a
los mandos entre otros de Jonathan Rea.
Con ese espejo en el que mirarse, la ZX-6R
ha crecido respecto a la versión anterior en
diferentes aspectos.
Su frontal ahora sigue la línea que comenzó
con la Ninja 400, con un corte más recto
y angulado en el cual se insertan los dos
faros, dejando un hueco en medio para
la gran apertura de toma de aire que
ya estaba en la versión anterior en esa
misma posición. Flanqueando la entrada
de aire están los espejos retrovisores, que
si bien cumplen con su función de manera
satisfactoria en algunas ocasiones es
necesario volver la cabeza para tener una
percepción amplia de lo que llevamos a los
lados y atrás en marcha. En la parte trasera,
el colín mantiene la esencia minimalista de
sus antecesoras pero también recibe ese
aire más recto, con más ángulos en lugar de
las líneas redondeadas a las que nos tenía
acostumbrados.
“El extra de cubicaje
frente a sus rivales hace
que el motor sea más
aprovechable”
Una vez en marcha, las sensaciones
sobre la ZX-6R son muy agradables y
rápidamente deja claro cuál es su carácter,
el de una moto pensada para dar el máximo
rendimiento sobre el asfalto de los circuitos.
Antes de arrancar, tenemos la posibilidad
de configurar diferentes aspectos de la
electrónica de la moto. En primer lugar,