Morelos Violeta No. 3 Julio - agosto | Page 5

y fines; en cambio, en las entidades federativas están conformados de la siguiente manera: distribución del presupuesto se hiciera al menos considerando la proporción de la población femenina, otra cosa sería. El auténtico compromiso con las mujeres se demuestra con el presupuesto y colocando el tema en el centro de las prioridades del estado y del gobierno. Por ello, debe valorarse como un importante avance para el país que en Morelos se haya decidido elevar al Instituto de la Mujer como órgano autónomo constitucional con personalidad jurídica y patrimonio propio, responsable de garantizar y establecer las políticas y acciones que propicien y faciliten la plena incorporación de las mujeres en la vida económica, política, cultural y social del estado. Apenas siete 2 (22%) de los 32 MAMs tienen el rango de Secretaría de Estado, uno es Consejo 3, 24 son institutos, pero sólo uno, el de Morelos tiene rango constitucional como órgano autónomo. El hecho de que sean Secretarías, no les da certeza jurídica de permanecer en la estructura del gobierno, sobre todo cuando son las primeras en sacrificarse por “austerirdad”, “reestructuración” o simplemente porque ya no se consideran útiles o una prioridad para el gobierno. Así pasó en Coahuila, que desapareció la Secretaría y volvió a la anterior figura de Instituto, contraviniendo el principio constitucional de progresividad en materia de derechos humanos. Por primera vez en México, la instancia responsable de la política de Igualdad en el estado, tiene rango constitucional, el mayor nivel jerárquico deseado si tenemos en cuenta las deudas históricas que como sociedad y gobierno tenemos con las mujeres. Los desafíos que enfrentan los MAMs no sólo están en el terreno de lo normativo, sino también en el presupuestal, ya que no siempre se les dotan los recursos suficientes para atender a más de la mitad de la población que son las mujeres. Si la Bien por Morelos, bien por sus mujeres. Es un ejemplo que debe replicarse en todo el país. 4