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Lo éxtimo: Posición del analista … No retroceder frente a lo ominoso

Publicaciones por Romina Scordino
Éxtimo es un término inventado por Lacan en el marco de lo ominoso freudiano, lo opuesto a íntimo.
Remite constantemente a una paradoja, es decir, lo éxtimo presentifica lo que es y no es al mismo tiempo, una contradicción lógica. La extimidad nos conecta con un pensamiento paradojal. Implica, de uno u otro modo, una posición que no está ni adentro ni afuera, no es ni interior ni exterior, se encuentra en-el-entre, y nos lleva a pensar en una continuidad adentro-afuera.
Espacialmente, lo éxtimo no puede representarse si no es por medio de la topología. En un espacio geométrico que comprende dos dimensiones sólo obtendríamos la representación del adentro y del afuera limitados y separados por un borde. El espacio de lo éxtimo es topológico, supone una continuidad entre el interior y el exterior, a la manera de la banda de moebius, o la botella de Klein, por ejemplo.
Lo ominoso freudiano aporta por medio del significado no unívoco de“ heimlich”, la estructura de lo éxtimo, opuesto en primera instancia a lo íntimo.
Freud, en su desarrollo acerca de lo ominoso, realiza una investigación lingüística de los diferentes significados de heimlich, traducido como familiar, cotidiano, del hogar, no ajeno, pero también oculto, secreto y clandestino. En un punto heimlich coincide con su opuesto unheimlich.
“ De esta larga cita, lo más interesante para nosotros es que la palabra heimlich, entre los múltiples matices de su significado, muestra también uno que coincide con su opuesto unheimlich. Por consiguiente, lo heimlich deviene unheimlich.” 1
Se plantea un devenir entre lo heimlich y lo unheimlich, algo es ahora heimlich para pasar a ser otra cosa, unheimlich, es decir, lo familiar, íntimo, no ajeno al sujeto puede pasar a ser extraño, ajeno, desasosegante, que provoca horror angustioso.
Sin embargo, advertimos que la conexión lógica que se encuentra entre los términos de ese devenir no es la disyunción, algo no resulta o familiar o ajeno, sino que es necesaria la conjunción de esos dos términos contradictorios para que se haga presente el sentimiento de lo ominoso, lo terrorífico, más que angustioso. Lo familiar, íntimo, se torna ajeno, extraño al propio sujeto. Algo de lo secreto( bajo la represión), eso familiar entraña-
1. S. Freud, Lo ominoso, pág. 224. Ed. Amorrortu pag. 15