Fundación de Atenas
La capital de la democracia no podía tener un origen menos prestigioso que aquel
sistema político que legó. Dioses, héroes y reyes míticos construyeron de un pueblo,
o varios según las leyendas, la ciudad que hasta hoy ha llegado, la que se convirtió
en cuna de la cultura y ejemplo para el resto de ciudades de Grecia, alcanzando su
cénit en el siglo V a.C. Se pierde en el inicio de los tiempos el fundador de la poli
por excelencia. Incluso pudo no ser una solo persona, se dice que fueron varias
aldeas que por motivos estratégicos, económicos y militares se unieron bajo el
nombre de Atenas, de aquí el uso del plural para su denominación. Lo que su
nombre sí indica es que Atenea es su diosa tutelar, la que vela porque la ciudad
prospere y esté segura.
Fue durante el reinado de Cécrope, al que se considera primer rey de Atenas,
cuando los atenienses eligieron al dios que tomarían como patrón. Como Poseidón
y Atenea querían ser la divinidad particular de la ciudad, elevaron a Zeus sus
diferencias. Este, para evitar meterse en problemas, dejó en manos de los
atenienses la decisión, serían ellos quienes votaran por su dios tutelar. Poseidón,
para convencer a la población de Atenas, clavó su tridente en la tierra de la que
surgió una fuente de agua salada; Atenea, por su parte, plantó un olivo. Los
atenienses dirimieron la disputa votando por Atenea adoptando así el nombre de la
diosa de la sabiduría.
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