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Teseo y El Minotauro Teseo era hijo de Egeo, rey de Atenas, y de Etra. Egeo había matado al hijo de Minos, por lo que Creta sitió Atenas, que se vio rápidamente asolada por el hambre y las enfermedades, por lo que Egeo tuvo que aceptar las condiciones de Minos. La ciudad de Atenas debía entregar cada año un tributo a Minos, rey de Creta. Debían entregar cada año 14 jóvenes de las familias más nobles de la ciudad, siete chicas y siete chicos, que serían entregados al Minotauro que se encontraba en el laberinto de la ciudad. Teseo, al tener conocimiento de esto, decidió ofrecerse como tributo anual a pesar de que su padre le insistía en no hacerlo para lograr terminar con la bestia. Al final logró convencerle, afirmándole que, si tenía éxito y conseguía volver, pondría velas blancas en su barco, y si había fracasado, las velas serían negras. Al llegar a Creta, el propio rey Minos los examinó para confirmar que servían como sacrificios humanos. Teseo, al encontrarse en la corte, conoció a la hija de éste, Ariadna, de quien se enamoró perdidamente. Ella se enteró del objetivo que tenía Teseo y, habiéndose enamorado también de él, decidió ayudarle, ya que a pesar de que lograse matar al Minotauro, salir del laberinto era tarea imposible. Por ello, le entregó un ovillo de hilo de oro. Cuando entró en el laberinto, Teseo fue desenrollando el ovillo para después encontrar la salida. Cuando por fin encontró al Minotauro, lo primero que hizo fue dar rodeos para tratar de agotar a la bestia. Cuando al fin estaba agotado, se enfrentó a él hasta que 25