MITO Mayo. 2018 | Page 13

Y en cuanto a la persona de Felipe II:

…La extensión de sus poderes,

El escrúpulo veraz de su consciencia,

La elegancia de sus maneras de gentilhombre,

Su inclinación al secreto, fruto de su temprana experiencia en la febril veleidad,

En la arisca altivez de sus gobernados...

…Don Felipe, el abismo de suprema sencillez

Cortesana que su alma ha sabido cavar

Para preservarse del mundo. Es en su boca,

en la cincelada comisura de los labios,

en la impecable línea de la nariz

cuyas leves aletas presienten

el riesgo de todo ajeno contacto.

(Barrero, Mario en “Felipe II bajo el prisma poético de Álvaro Mutis. Una boutade transformada en una mirada reverencial 421,422)

Teniendo en cuenta esa reverencia por la figura institucional de la monarquía, es también conocido que escribió el último rostro que es un relato, donde su protagonista el libertador Simón Bolívar quien claramente es un referente de democracia ante el pueblo y de rebeldía frente a la corona española, es una figura reaccionaria. ¿Es usted un reaccionario? ¿cuál es su posición civil ante el público? ¿por qué los últimos días de Bolívar?

“Soy gibelino, monárquico y legitimista”. Gibelino en cuanto soy partidario del Imperio Romano Germánico en su lucha contra el papado y el poder temporal de la iglesia. Monárquico porque yo no concibo que se pueda obedecerá ningún poder que no tenga un origen trascendente. Uno no puede obedecer reglas inventadas por los hombres. En cambio, a alguien que ha sido ungido por Dios para gobernar a los hombres, lo entiendo, lo acato y sus leyes son para mí la norma. Legitimista, porque si se es monárquico, como yo lo soy, hay que aceptar en la plenitud la noción y el concepto de monarquía, que es la única vía para gobernar a los hombres y por razones trascendentes y con un origen mítico. Aunque es raro que un caballero colombiano ande con este retraso ideológico.

(Barrero, Mario en “El último rostro” y “La muerte del estratega”: fugas mutisianas hacia el pasado 302, 303)

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